
19 Jul Vappereau-Preliminares
JEAN MICHEL VAPPEREAU
Preliminares
CONFERENCIA en TARRAGONA
Díganme cuestiones que les interroguen y que quieran preguntarme… cosas que quisieran especialmente que trate, porque ya hic e una conferencia el año pasado; eso debió dar lugar a preguntas…y así acomodamos un poco el tiempo y después podré contestarles sus cuestiones porque la conferencia en algún lugar estaba anunciada a las 19hs.
¿Alguien tiene comentarios o cuestiones que quieran plantear en función de lo que esperan?
¿Qué esperan?
(Pregunta) – En relación al escrito “Anuncio y argumento” de la conferencia de junio 2014 en Tarragona, que nos envió, pone: “ Matemáticas, la topología a la que recurre el psicoanálisis” y luego dice: “trauma, la función imaginaria del falo simbólico escrita por el agujero real de la D.I.”… no soy capaz de entender eso…
Si, si, no es corriente; o sea, que no es fácil. Es una expresión que emplea Lacan; es el único en emplearla; usa esta expresión justamente después del pequeño texto que hay en el argumento de esta conferencia.
Hay una cita de Lacan que está en las “Cuestiones preliminares a todo tratamiento posible de las psicosis” .
Hago este señalamiento, que he tomado como cita, porque es una cuestión crucial para el psicoanálisis, para la dificultad del psicoanálisis, sea tanto en los tratamientos, como en la experiencia de cada uno, como en el lazo social.
Todo el mundo habla de instituciones, de política, de dificultades; por ejemplo, si trabajan en instituciones … en Francia acaba de morir el Dr. Jean Oury el mes pasado, estamos en junio, y murió en mayo.
Jean Oury había propuesto desarrollar lo que él llamaba “análisis institucional”. Era un psiquiatra, un médico, que estuvo en la resistencia durante la guerra. Era muy militante, comprometido tanto en política como en psiquiatría. Era alguien divertido; porque cuando al final de la guerra se reencontró en un hospital psiquiátrico, como médico, con el contenido de la reglamentación política en Francia, en el momento de la liberación… al tener en cuenta todo eso, hizo algo extraordinario, les dijo a los pacientes: ¡nos vamos! y se fueron a pie, atravesaron Francia, hicieron un recorrido largo para ir a un lugar donde un amigo suyo tenía una propiedad grande, e instaló ahí su hospital psiquiátrico. Existe todavía. Es el hospital La Borde, cerca de Orleans; que es muy famoso desde que finalizó la guerra
hasta hoy.
La gente joven, que considera que el trabajo en psiquiatría, medicina, enfermería es un compromiso, quiere trabajar en La Borde. Es divertido, dicen.
El inventó la palabra análisis institucional.
¿Qué quiere decir eso? Él, como psiquiatra, había leído la obra de Freud, y psicoanálisis, y, entonces, propuso hacer el psicoanálisis de la institución; tomaba la institución como un sujeto, como un analizante… y eso es el análisis institucional.
Él sostiene que no es un problema sociológico o de ciencia política, que concierne al lazo social, al discurso… por lo tanto, a la política, seguro.
Pero la cuestión es el psicoanálisis, que crea una gran dificultad, porque se da la cuestión de minimizar, de aplanar, el psicoanálisis… y Freud estaba muy preocupado por esto. Lo constató en la práctica, con la reacción terapéutica negativa.
Si leen las cartas de Freud a Ferenczi verán que le escribe constantemente: “los analizantes no se analizan, nadie se analiza, nadie trabaja” ; y Ferenczi le dice: “bueno, pues muéstreles cómo trabaja Ud.”
Y Freud le dijo: “no, no, no, de ninguna manera, no se trata de dar un ejemplo, de ponerse uno como ejemplo, porque el analista no debe ponerse nunca en posición del “Ideal del yo”.
Porque la hipnosis es justamente eso: cuando el objeto “a” se confunde con el ideal. La tendencia de la transferencia es justo a la hipnosis. Si uno idealiza al analista en la transferencia, si hay una confusión entre el objeto del deseo y el ideal, el sujeto se encuentra en un estado de hipnosis.
Es lo que pasa todo el tiempo, cuando los psi dicen que alguien delira. Cuando se ve que alguien funciona de una manera algo fascinada, un poco obnubilada, ya dicen que es psicótico, que delira… no , eso no es un criterio.
Lacan trató de dar un criterio para el desencadenamiento del delirio, muy pronto, desde su primera intervención en el seminario de “Las psicosis”; y de lo que les voy a hablar, es la continuación de eso que Lacan construyó a propósito de la psicosis, a fin de precisar qué es.
La mayor parte del tiempo, la gente se contenta con lo espectacular de la situación de alguien que está en un estado de hipnosis; y se puede desatar a alguien de ese estado de hipnosis, detener ese proceso.
Se trata de crear una distancia entre el ideal y el objeto, gracias a la palabra y a la lengua. Se puede decir lo simbólico por oposición a lo imaginario, que es lo que se pone en cuestión.
Hay una manera de aplastar, de aplanar el psicoanálisis, que se encuentra hoy muy extendido, porque es la opinión de los periodistas o, incluso, de
los administradores del estado. En la conferencia precedente hablé del Ministro de Justicia francés, que organizó equipos de soporte psicológico después de los atentados, por ejemplo. También, después de un escándalo que hubo en Francia relacionado con la paidofilia, y que se reveló que la gente acusada no era culpable, que se había construido por completo, aprovechando lo que decían los niños, que decían cualquier cosa en este caso. Había acusaciones que venían de lo que decían los niños, y se reveló que todo eso era sin fundamento. Duró varios años; el ministro dijo por la televisión, la radio: “ahora hace falta que toda esa gente, que ha sido víctima de una injusticia, haga, tienen que hacer , su trabajo de duelo”.
¿Qué sabe el ministro de lo que es el trabajo del duelo? Como si lo supiera todo el mundo; son todos muy listos. Todos saben lo que es un trabajo de duelo: los periodistas, el ministro… se emplean las palabras del psicoanálisis sin haber leído a Freud, sin haber hecho un análisis y sin leer a Lacan. Y sabemos todos, cuando comenzamos a leer Freud, que la primera tendencia es proyectar las experiencia s subjetivas que uno ha tenido, se trata de atraparlas con lo que dice Freud, para ver de qué se trata, para encontrar un sentido y un sentido que se ha vivido; entonces, se pasa de las definiciones de Freud y de Lacan, y se hace un lazo de experiencia muy aproximado, y después de eso, además,
se hacen profesionales y continúan utilizando las palabras psicoanalíticas, sin preocuparse de qué dicen realmente Freud o Lacan, o el discurso psicoanalítico.
Es muy frecuente la palabra pulsión. La pulsión evoca, ¿qué? la pulsación; entonces, se habla de algo que empuja o que va. Se puede asociar eso a la satisfacción erótica que se tiene en primavera, cuando empieza a hacer buen tiempo, cuando las mujeres se ponen ropa ligera y los hombres están muy contentos, y entonces la idea es que la pulsión freudiana es como las plantas que florecen. Es insuficiente esto para hablar de la pulsión.
Se oye decir a los psicoanalistas: “sabemos que la pulsión y las zonas erógenas, son ocasión de las primeras emociones eróticas para un bebé; los bebés tienen experiencias eróticas, porque tienen orificios que están muy erogeneizados; son zonas particularmente erógenas, y es justamente la función de la mucosa”; y se confunde la pulsión con eso.
Cuando en Freud ya, y en Lacan también, las cosas son mucho más precisas y definidas de una manera bastante rigurosa. Pienso que hay que darse cuenta que hay que ser metódico para leer. Hay que darse un método; no hay uno sólo, cada uno debe inventar su método, pero hay que hacer elecciones; se ve lo que resulta de eso, y si un método no da resultado, hay que cambiar y buscar otro método, en lugar de decir: voy a leer
psicoanálisis, voy a hacer un análisis… y, luego enseguida: esto no va. Hay otros que no dicen que no va, sino que dicen que están contentos; no devienen psicoanalistas, pero dicen que han hecho un psicoanálisis y que era muy interesante. No sé por qué.
Un día un periodista me dijo por teléfono -un periodista que se ocupaba de ciencia en su periódico, sobretodo, la ciencia experimental; no tenía una epistemología, como si dijéramos, muy desarrollada, pero se interesaba en las cosas científicas- y, por teléfono, me dijo: “yo he hecho un análisis”. Era muy impresionante… era magia negra; para ese periodista el psicoanálisis era magia negra.
Hay gente que cree que el psicoanálisis es un viaje en el tiempo –“Para remontar el tiempo” es el título de una novela de Balzac-. Una mujer joven me dijo un día: ¿pero es que en el diván voy a volver a ser un bebé?… se planteaba la cuestión, ¿qué va a pasar?
Hay una diversidad, y lo curioso es que los analistas no hablan entre ellos… porque tienen una responsabilidad. Es lo que hace la diferencia entre Freud y los freudianos, y Lacan y los lacanianos. ¿Por qué? porque todo el mundo hace lo mismo: tratan de comprender.
Hay algunos que no se comprometen en su análisis sin la garantía de que eso va a funcionar y de que se puede tomar en serio a Freud o Lacan.
He leído muchos artículos de psicoanalistas que, a pesar de ser psicoanalistas, son incrédulos.
Hay reservas todo el tiempo; no están comprometidos en el discurso. Yo no obligo a nadie a comprometerse con el discurso; los que no quieren comprometerse con el análisis, pues no tienen por qué meterse a hacer un análisis. Incluso, para tocar el violín hace falta aceptar que la música existe, que el instrumento existe, y hay que comprometerse.
Freud decía en la discusión con Ferenczi, al final del último periodo … al final de la vida de Ferenczi, cuando le dice a Freud: “deles el ejemplo” y Freud dice: “no, jamás el analista debe ser alguien ejemplar; jamás, de ninguna manera, debe fascinar al paciente, aunque el paciente lo busque, claro”.
Esto es una primera cosa. Freud añade algo considerable: “si el analizante no está listo, si el paciente no está dispuesto a quemar todos los muebles …
eso evoca a Bernard Palissy y toda la cuestión de la cerámica de Limoges. En Limoges hace falta hacer un fuego muy fuerte para hacer cerámica. Hay una imagen muy ejemplar, muy republicana, de la escuela, donde se ve a Palissy – con la barba, los pelos blancos, un pelo muy hirsuto, en una imagen como de padre- tirar todos los muebles al fuego: los bancos, las mesas, muebles grandes, y la madre está en un rincón de la sala con los
niños, como protegiéndoles.
Eso es lo que dice Freud : “si el paciente no está dispuesto a quemar todos los muebles, el psicoanálisis no puede funcionar”, pero eso plantea una cuestión: la responsabilización. Entonces, es una gran responsabilidad por parte de los analistas, un compromiso, no diré que total, pero si absoluto.
Es diferente “total” que “absoluto”. Total quiere decir que es todo, absoluto quiere decir que es separado, incomparable. Esa es la separación. Eso es diferente, y eso Lacan lo explica.
Hay gente, como por ejemplo Mdme. Roudinesco, que se cree que lo absoluto es la totalidad. Ella titula un capítulo del libro que dedica a Lacan con un título de Balzac: el capítulo se llama “la búsqueda de lo absoluto”.
Lacan no busca lo absoluto; él sabe bien lo que es eso para él. Lo absoluto es lo que es para uno, para cada uno, algo separado, diferente, incomparable. Eso no es una búsqueda. Para reconocer que hay cosas absolutas hay que comprometerse. Por eso Lacan tiene un seminario que se llama “Los desengañados se engañan”, los no inocentes.
¿Qué quiere decir los no inocentes? Los no inocentes son esa gente que dice que nadie los va a hacer equivocar, que nadie los va a estafar; ellos no son inocentes. “No quiero dejarme equivocar, no quiero dejarme tomar por otro”, sería; y, entonces, hay la incredulidad para desconfiar de la credulidad.
Pero ahí hay que poner justo la cuestión de la diferencia de una cuestión que ha sido debatida, incluso por Sto. Tomás de Aquino, que es la diferencia que hay entre la creencia y la fe.
Y ¿porque es necesario? Porque Freud dice que en toda creencia delirante hay una incredulidad debajo.
El sujeto pretende no ser engañado, desconfía, toma precauciones, y eso no le impide entrar en verdaderas creencias delirantes del estilo de la hipnosis.
Por eso, no es simple plantear la cuestión de lo absoluto y hablar de psicoanálisis.
¿Cómo alguien podría atreverse? Lacan dice: “Freud habla del núcleo del ser”. ¿Cómo tocar el ser? ¿Cómo uno se puede atrever incluso a tocar el ser? Es decir, tocar cosas fundamentales para otro.
Hay, por lo menos, que plantearse la cuestión, porque él sostiene que un psicoanálisis transforma completamente la vida de una persona. Es verdad que hay otras cosas que pueden cambiar completamente la vida como una experiencia profesional, casarse, tener hijos…
¿Cómo se puede proponer, incluso hacerse pagar, para proponer algo como esto? Y hay algunos que no se dan cuenta de eso, y practican el psicoanálisis, y mientras practican el psicoanálisis son escépticos. Si dudan, justamente, tienen que hacer un psicoanálisis, porque se trata de
construir su propia convicción, y, efectivamente, hay que elegir un analista; es un criterio muy importante.
Actualmente, como el psicoanálisis está banalizado, se cree que basta con ir a ver a cualquiera en una institución o a alguien famoso, y que el psicoanálisis es algo que existe.
Yo digo lo contrario: “ la responsabilidad del analista” es la responsabilidad del análisis de alguien. El analista no puede hacer nada por otro. Si uno no está convencido de eso ya pue de dejar de hacer psicoanálisis.
¿Pero cuál es la responsabilidad del psicoanalista? Es sostener el deseo de análisis de alguien que no se compromete, porque alguien que no se compromete, en general, es una figura de la cobardía. Lo que Hegel llama “el alma bella”.
Y Lacan nos explica desde 1948 que hay que hacer entrevistas preliminares para hablar suficientemente tiempo con un paciente, antes de empezar a practicar el psicoanálisis con él.
Él lo escribe en un texto que se llama “A propósito de la causalidad psíquica”, después lo dice también en otro texto de “Los escritos” que se llama “La dirección de la cura”.
El primero, el de 1948, es un discurso que va dirigido a los psiquiatras, y por eso, los psicoanalistas no lo leen. No se lee, porque el 48 es anterior al 53 , cuando empiezan los seminarios.
Entonces, como él no era todavía analista sino psiquiatra, no hace falta leerlo. Nosotros somos psicoanalistas, los psiquiatras no entienden nada, y hay que esperar que Lacan llegue al 53. Es verdad que en el 53 él mismo se compromete con el psicoanálisis, pero ya había tratado esta cuestión.
Entonces, lo que me propongo tratar hoy es algo que he llamado con la palabra “Preliminares”.
Voy a hablar de cosas preliminares: hay las entrevistas preliminares.
Si hay tanta confusión sobre el psicoanálisis, tanto en el público como en los profesionales, -y después veremos qué tipo de confusión– es justamente esa dificultad para entender “la función imaginaria del falo simbólico”, o de comprender qué es el sexo, que Freud va a poner al día en 1923, mientras que durante todo el tiempo anterior había escrito los “Tres ensayos sobre teoría sexual”, la teoría de la sexualidad infantil y trataba de sexualidad.
Les doy un ejemplo simple de esa dificultad. Después explicaré la diferencia entre sexualidad y sexo, entre sexualidad y lo que Lacan llama “sexuación”; escribió las “ fórmulas lógicas de la sexuación” y un artículo para explicar cómo hay que reunir una cierta cantidad de elementos de lógica, y de lógica matemática, y de la teoría de conjuntos para articular esas
fórmulas para hacerlas funcionar y utilizarlas, comentarlas.
El artículo se llama “Lectura de la fórmulas Kánticas de la sexuación” con K de Kant, porque hay que ser preciso con las palabras, cuando se estudia a Freud y a Lacan.
Y hay que hacer bien la diferencia entre “ la palabra” y “la escritura”.
La palabra está hecha para hablar y decir tonterías y darse cuenta que hay cosas que uno no llega a decir; mientras que escribir es, justamente, una manera de corregirse.
Cuando uno habla, está siempre expuesto al lapsus; no se está jamás al abrigo de decir algo que se nos escapa. Es interesante la palabra, porque se puede pensar por qué ¿Por qué no llego nunca a decir lo que quiero decir? Eso es el psicoanálisis.
Mientras que escribir también es, a veces, darse uno cuenta del lapsus que hace, pero que uno, puede corregir. Se pueden hacer errores de cálculo cuando uno es matemático . Entonces, ven que hay una diferencia entre la escritura y la palabra, por eso hablar es un compromiso, porque hay todas las posibilidades de decir tonterías, mientras, que escribiendo, uno se puede corregir, se puede borrar, incluso, tirar el papel… mientras, que hablando, cuando se dice algo, ya queda dicho. Se puede decir: ¡noo!, ¡yo no quería decir eso! pero queda dicho.
Eso, en la enseñanza de Lacan, se llama “ la enunciación”; y el psicoanálisis es hacer la prueba personal de esas dificultades.
Hay que hacerlo en una consulta bien protegida, pero no es algo de buena educación, no es una condición para la libertad: se crea una situación donde no hay ningún inconveniente, ninguna limitación, ninguna constricción para decir, para hacer la experiencia extraordinaria de que siempre hay constricciones en la palabra.
Hay cosas que se le pueden decir a un amigo o a alguien de la familia o a la mujer , cosas que se pueden decir en privado. Pero si se está en presencia de alguien en vivo, y no le digo algo que había pensado que le tenía que decir …
Freud se dio cuenta de que el tema sexual estaba todo el tiempo presente, pero que no era la sexualidad.
Si están en presencia de un señor y se dan cuenta de que tiene la bragueta abierta, hay siempre una resistencia a decirle algo; hay una cuestión de cómo se lo voy a decir . O, una mujer que no tiene bien abrochada la blusa, el problema es incómodo, pero existe. Se trata del pudor, y el pudor es una resistencia a decir alguna cosa.
Hay alguna gente que cree, que dicen, que piensan, que el psicoanálisis es una cosa demagógica donde se puede decir cualquier cosa. Hay gente muy reaccionaria que piensa que por culpa del psicoanálisis no hay más pudor:
como se puede decir de todo, la gente habla mal, los niños están maleducados… eso se llama, la modernidad.
Hay que ser moderno, incluso, progresista, pero hay que darse cuenta de que hablar no es simple, y que hay condiciones para proponerle a alguien hacer un análisis. Aceptar dirigir a alguien que quiere hacer un análisis, eso hace de vodevil, esa ópera bufa que hace que el psicoanálisis fuera de Freud y Lacan se degrada. Están las autoridades, pero cuando se leen sus libros, sus artículos, se ve claramente que no tienen ni idea de estas dificultades.
Las entrevistas preliminares son cruciales , porque es la única responsabilidad del analista; porque el analista al final, en un análisis, no es nada más que una dirección postal, una dirección. Dirigirse a alguien in vivo, no en absentia, ni en efigie.
Yo no hago psicoanálisis, ni por teléfono, ni por Skype, ni por email, ni por nada de eso, cosa que, actualmente, se está haciendo mucho. El psicoanálisis se hace en vivo. Me piden hacer un control en Paris, Buenos Aires: cuando el otro está en el otro lado, así por la red, yo no acepto jamás, porque la transferencia se produce “en acto”, en vivo, lo dice Freud.
Y eso es lo interesante, darse cuenta de que en una situación específica hay un montón de cosas que se han pensado, que se han querido decir, y que, después, no se dicen por un montón de motivos. Pero eso lo presiona a plantearse la cuestión: ¿por qué no puedo decir eso? o ¿por qué siempre se me olvida de decir eso otro?
Actualmente se quiere reglamentar la psicoterapia, y detrás de eso, reglamentar el psicoanálisis y evaluar el psicoanálisis.
Se habla de evaluación, reglamentación de la psicoterapia, y no hay una escuela, grupo de psicoanalistas que explique porque no hay que hacerlo; porque todos los grupos psicoanalíticos querrían que se reglamentara, porque quieren reglamentar, piensan que habría que poner unas barreras, unos límites.
Es interesante esto, porque entonces el Estado, la comunidad, la municipalidad reprochan a los otros que quieren reglamentar, pero cada uno está muy contento, porque el texto de Freud y de Lacan, el texto orgánico del psicoanálisis…
el psicoanálisis depende de esos dos textos; hay otros textos también, pero son completamente descompuestos. Lacan habla de loco literario. La literatura psicoanalítica es interesante; hay que leerla, sobre todo para ver la diferencia sobre lo que dice y escribe Freud, y lo que dice y escribe Lacan, y ver que los otros caminan sobre huevos, porque tienen miedo de romperlos, porque no saben muy bien donde están.
Él lo dice: “tocar cuestiones fundamentales para alguien que sea considerado enfermo o no”; para él no son enfermos, son como todos.
El lenguaje toca al cuerpo y no se sabe bien qué pasa con eso. Por ejemplo: si no se habla, si un niño rechaza hablar, se va a manifestar un retraso en su desarrollo orgánico; es lo que se llama autismo. Y por otro lado, se ve que a los animales se les puede neurotizar: el perro de Paulov, por ejemplo, es un neurótico experimental con el reflejo condicionado; pero nunca un perro va a hacer una cascada de substituciones. Voy a conseguir una substitución: un plato se substituye por un timbre, pero no va a más, ahí se para; por lo tanto, ocuparse de los animales y de los niños no es parecido.
En este momento todas las teorías sobre el autismo tan conductuales.
Está bien preparar un equipo de azafatas de vuelo, porque trabajan en un tubo metálico; todo el mundo comprende que hay situaciones que justifican que se creen condiciones de comportamiento, donde la gente es transformada en objetos estúpidos, porque hay algo que hacer urgente; pero no se puede comparar eso con la vida cotidiana, la vida familiar, la educación de los niños, la vida política del barrio. Es extraordinario que se propongan técnicas, que se suponen eficaces y evaluables, porque es una restricción que permite obtener un resultado, que se puede decir positivo: servir platos muy ricos o no en una situación de catástrofe.
Tomar un avión es una situación como mínimo peligrosa, es más peligrosa que tomar un barco.
La navegación aérea está calcada sobre la navegación marítima. Es el comandante el que comanda. Esto está mu y bien para hacer algunas cosas, pero el psicoanálisis hace otra cosa. Habrá que decir qué es
Hay gente que cree todavía que el psicoanálisis es lo mismo que la confesión.
Michel Foucault ¿qué dice? Dice que “Freud ha restaurado el poder oracular de los médicos, el prestigio médico en los psicoanalistas que tendrían un poder”. En su librito que se llama “La voluntad de saber”, el primer volumen sobre la historia de la sexualidad, reprocha a Freud justamente haber escrito “Tres ensayos sobre sexualidad”, porque dice que la sexualidad es un fenómeno etnológico, geográfico, histórico.
Hay una manera de tener una sexualidad muy diversificada, y ustedes saben que hay obras de etnología que no hay más que leerlas. Se puede leer algo que es muy instructivo, sobre todo en lo que se refiere a la psicosis, que es el “Manual de etnología” de Marcel Mauss.
¿Qué escribe en ese manual de etnología? Les dice a los estudiantes, que quieren devenir antropólogos o etnólogos, que todos los lugares que están en la vida cotidiana son interesantes para darse cuenta qué ocurre si uno va a un pueblo, a un país, que no conoce, si se es etnólogo. Y cuando leen eso
pueden empezar a hacer su propia etnología personal, que a su parecer, forma parte del psicoanálisis.
Pueden darse cuenta de que hay un montón de detalles que forman parte de la vida cotidiana, de los cuales no se dan ni cuenta, porque parecen obvias, son evidentes, como: así me lavo, así duermo… eso se llama también la educación. En general es la madre la que va a dar todo tipo de indicaciones de cómo se hacen esas cosas. Y alguien que no ha elegido con su educación: la manera de lavarse, dormir, comer … está muy fastidiado.
¿Qué son en psicoanálisis todos esos rasgos distintivos etnológicos? Es lo que Lacan llama “el Nombre del Padre”
¿Qué es el Nombre del Padre? Son significantes que la madre ha sugerido al niño en una metáfora que Lacan llama “ Metáfora Paterna”.
Como se llama metáfora paterna, enseguida se piensa en la autoridad del padre, pero el Nombre del Padre es gracias a la palabra de la Madre, que es una autoridad para el niño, de la Madre, que gracias a eso el niño va a adoptar un montón de nombres del padre para vivir con su cuerpo en la casa, en la vida cotidiana.
Alguien que no tiene Nombre del Padre, y come sardinas en aceite en la cama, eso, rápidamente, va a devenir una confusión.
Hay gente que quiere hacer experiencias, que llaman: reencontrar lo real, la naturaleza… hay mucha confusión.
No es fácil ver qué es eso del Nombre del Padre.
Es por eso que Lacan dice que ”cuando un significante del Nombre del Padre está forcluido, es a propósito de ese elemento, que se desencadena el delirio”.
Cuando alguien no sabe cómo hacer cosas elementales …
Es como el Edipo ¿qué es eso de papá, mamá? el niño no tiene un libro de instrucciones. Entonces, el niño tiene que inventar, a partir de lo que ve alrededor de él, de lo que escucha alrededor de él, el Nombre del Padre, a partir de la palabra de la madre.
Lacan es muy di vertido porque usa una oración católica que dice: ”en el nombre del padre, del hijo, del espíritu santo”, para hablar de significantes que son para el sujeto extremadamente importantes, pero al mismo tiempo extremadamente banales.
¿Qué es el Nombre del Padre? Si se es francés, se tiene un Nombre del Padre que le importa mucho, que es “el camembert”. Al final de la comida si no hay queso no sabe cómo hacer. En cada región, en cada pueblo, país hay Nombres del Padre; Nombres del padre para la familia, el barrio, la ciudad, la provincia… y hay Nombres del Padre que son tan banales y tan excepcionales que no se les presta atención a pesar de que es una tensión enorme.
Levi – Strauss descubrió también el Nombre del Padre gracias a la etnología. Hizo conferencias en la Unesco para explicar cómo luchar contra el racismo, porque no se puede luchar contra el racismo, el nacionalismo en sus efectos nocivos que pueden llegar hasta el crimen, si no se sabe lo que cada uno necesita para vivir con un cuerpo, por el hecho de ser un sujeto de la lengua; no se puede sin tener significantes que son excepcionales para el sujeto, pero que los otros consideran porquerías o anomalías raras, sin interés.
Así es como Lacan habla del desencadenamiento de la psicosis, el hecho de decir que hay siempre Nombres del Padre que están en juego en el desencadenamiento del delirio; es un Nombre del Padre que está excluido. Forclusión del significante del Nombre del Padre.
No se trata de cantar la definición “ forclusión del Nombre del Padre”. Hay que descomponer la frase para ver de qué se trata en el Nombre del Padre.
La primera idea que da Lacan es la de una mujer en África que va a la fuente, que vuelve al pueblo después, y dice: “lo encontré en el camino, es mi hijo que va a nacer. Es el hijo de ese árbol o de esa piedrecita”.
No es que ella sea estúpida; ella sabe perfectamente que para hacer un niño hace falta una relación sexual con un hombre, pero su hijo será hijo de la piedra, del árbol, porque es una cosa banal que se encuentra en el camino, pero que tiene una función excepcional para ella y para su hijo.
Hay que hablar de estas cosas. Hay que darse cuenta que hay un montón de nociones en psicoanálisis y algunas, que Freud encontró, que son bien difíciles de cernir. Es por eso que Lacan busca formas de escritura nuevas.
Cuando Freud escucha lo que Brentano explica en Viena, cuando descubre que los lógicos habían inventado una letra para escribir la negación, escribe un artículo sobre la negación; y después ve que Frege inventó algo para escribir el concepto, que Frege lo llama “la función proposicional”. Tiene una estructura funcional. El conjunto depende de la variable. Entonces se puede decir que la variable cambia, varía, y el conjunto de la función varía también en función de la variable. Es por eso que se llama una “ función”.
Hay que pensar ¿por qué llamamos las cosas como las llamamos? porque hay muchas razones. No hay que decir “función proposicional” es muy matemático, muy sabio, aunque no se comprenda nada, es muy complicado. No es muy complicado. Es haberse dado cuenta que decir “el cielo es azul”, se sabe desde Aristóteles que eso se llama un concepto. Un concepto sujeto, un concepto predicado. Un tal es griego, un tal es mortal y, además, el cielo es azul. Entonces el cielo toma el lugar de la variable en el concepto azul. En Aristóteles está el verbo ser, que juega un papel.
(Pizarra) Si yo pongo la variable, “el cielo es azul”, se escribe así: Todo S es P – el cielo es la variable.
Es rápido pero no es una estenografía. Es práctico para escribir pero no es una estenografía. Lo que importa no es la rapidez sino ¿cómo se va a articular eso para encadenar que devenga un texto? Y tienen ahí el kantificador existencial.
¿Qué hace Freud cuando descubre esto? Se va a su casa y escribe un texto que se llama “la negación”. ¿Por qué? Porque está interesado en ello desde “el Proyecto”. En el Proyecto, como él es neurólogo, escribe con letras griegas para escribir la cantidad, el influjo nervioso… son métodos de escritura que permiten escribir cosas que no se ha n pensado nunca antes.
Es así como se ha hecho la geometría de los griegos, y es por eso, que Lacan siguiendo a Freud, dice que “hay que continuar con esa escritura e introducir nuevos caracteres, nuevas letras”. Eso va a llevarlo a introducir el toro, el grafo,… la idea que hay una teoría de los nudos y que los problemas del psicoanálisis conducen a Lacan a descubrir una manera de estudiar los nudos, que no es la de los matemáticos actuales. Es casi matemático, pero ellos no hacen así, todavía.
Los matemáticos no hacen así, porque desde la época de los griegos, la época clásica, la época medieval hasta hoy, querrían llegar a reemplazar al número por nudos.
Actualmente hay un delirio que es el delirio de la numerización. Google propone numerizar la Gioconda, los libros, la música… quieren numerizar todo, convertir en secuencias numéricas y con máquinas, que después, van a reproducir la música, los bellos cuadros y que, entonces, eso se puede guardar.
Pero ¿qué es lo que están a punto de descubrir las bibliotecas del mundo entero? que al cabo de unos cuantos años, el comercio de la industria electrónica cambian de técnica; tienen la banda magnética, después el CD -ROM, después el DVD; tengo toda una colección de esos elementos en casa, pero ya no tengo la máquina para leerlas. Y en la biblioteca nacional francesa pasa igual; han copiado todos los libros en un sistema electrónico y ahora les venden un nuevo material y hay que volver a empezar; lo cual significa que un cuadro como la Gioconda o las Meninas de Velázquez no hace falta ninguna técnica; incluso el libro y la libreta siguen siendo algo mucho mejor y más eficaz que toda esa tecnología numérica.
Quieren que les dé una prueba de que hay un problema – (alguien del público dice: digital) – yo traduzco numérico, porque, si digo digital desaparece el número y de lo que se trata es del número.
Para escribir el número es necesario letras, pero en la escuela les han
enseñado que esas letras no se llaman letras sino que se llaman cifras, pero se usa cifra también para hablar de mensaje secreto. Entonces hay ahí un misterio con los números que se escriben como letras, que se llaman cifras, pero son letras.
Hay que seguir desarrollando lo que había empezado arriba. Con 10 cifras del 1 al 0 se escribe todo, pero se puede escribir con dos, tres, doce cifras… las que quieran… Pero es lo mismo que el alfabeto a, b, c… Con todas esas letras escribimos nuestra lengua indoeuropea.
¿De dónde viene el prestigio del alfabeto para escribir? Viene de la cifra porque basta con tener un número limitado de cifras, de letras para poder escribir todo. Se llama el “sistema de numeración por posición”.
Si escriben 125 (han escrito una vez 5, más dos veces 10, más cien veces 1)… Eso hace 125.
Es el único sistema de escritura de números que permite no tener dos escrituras para un número y, sin embargo, se encuentran números que no se pueden escribir en los números enteros.
Hay un prestigio del número que da el álgebra con Descartes y, entonces, hay un prestigio de la escritura aritmética, que hace que se quiera reducir todo de manera numérica, cuando hay un montón de escrituras distintas: los jeroglíficos, la escritura china -son los mismos caracteres que en los japoneses, pero que se leen de otra manera-.
Y que dice Freud : “se puede leer el lenguaje de los sueños”; hay que tomarlos como un texto; es algo escrito que hay que aprender a leer. Lo mismo para el chiste -a mí me gustan mucho los chistes porque son profanos -.
Los sueños, como hay astrólogos hacen previsiones con ellos, pueden confundir el psicoanálisis con la astrología, porque se han utilizado los sueños para prevenir el futuro, y, entonces, hay una gran confusión. Eso puede haber servido para convencer a alguien pero es una trampa, es un error.
Los sueños, como los chistes, como la psicopatología de la vida cotidiana es para leer y después, además, hay cosas que no se pueden decir pero que se pueden escribir; y se puede entrar en una escritura, cada vez más precisa, para definir bien los objetos que estudiamos.
El psicoanálisis es el estudio de un cierto número de objetos, que son lingüísticos, que son objetos de la lengua.
Es justamente darse cuenta de que los niños -este es el descubrimiento de Winnicott – de que los niños son capaces de construir objetos que utilizan exactamente como un texto. Es el “objeto transicional”, la construcción de un objeto que es un objeto de condensación. Es como un pararrayos en una casa para atraer al rayo.
El objeto transicional es un pararrayos para la angustia de la madre.
“Tengo mi pañuelo; tú puedes estar angustiada; yo ya no estoy angustiado; toda la angustia pasa por mi pañuelo” . Lacan hace de eso una letra a la que llama “objeto a”.
Hay que decir, como mínimo, que hay que plantearse la cuestión de qué se hace de diferente cuando se habla con sonidos, significantes, y qué se hace cuando se escribe, y qué función puede tener eso. El psicoanálisis es plantearse este tipo de cuestiones, y si uno no se desembaraza bien, si no se enrolla bien con esas cosas, tiene muchos problemas .
Es una invitación a leer, a aprender a leer, porque cada cual cree que sabe leer, pero nadie se plantea seriamente la cuestión.
Hay que ver todos los niños que van a la escuela, todos los estudiantes que hacen exámenes… después escriben una tesis… es un paquete muy grande de papel, es casi una iniciación y es muy difícil. Los hay que no alcanzan.
Todo el mundo cree que hablar, leer y escribir es como respirar y que los que no lo consiguen son enfermos, idiotas… Todo el mundo tenemos dificultades con la palabra, la escritura y la lectura. No conozco a nadie que pueda utilizar el abanico completo de la lengua sin tener espacios donde se prefiere estar y donde no se sabe qué hacer.
Se cree que Lacan fue a buscar la topología para molestar a la gente pero resulta que hay cosas que no se pueden escribir de otra manera.
Cuando ya se ha hablado suficiente, entonces, parecen tener interés en saber cómo hacer para escribir, para corregir el objeto que tratan de definir con la palabra.
Es muy divertido. Hay una carta de Lacan que desapareció de “los otros Escritos”; es terrible porque, incluso en psicoanálisis, se hace como Stalin con Trosky: hacen desaparecer las fotos oficiales.
Lacan escribió dos cartas para la Universidad de Vincennes. La primer a es “Tal vez en Vincennes” y, dos años después, Lacan escribió otra carta que se llama “Lacan para Vincennes”. Esta carta desapareció.
Afortunadamente Uds. tienen una página en internet de l’Ecole Lacanienne de Paris (ELP). Ahí hay una biblioteca y hay un lugar en la página que pone “pas tout Lacan”: No todo Lacan”, pero a fin de cuentas han puesto bastantes cosas, casi todo Lacan. Tampoco sé, si el no todo, se refería a eso. Pero ahí se puede encontrar esa carta donde Lacan dice lo siguiente y lo escribe. Dice “que la escritura, especialmente las matemáticas, está hecha para corregir el objeto”.
Entonces, cuando Uds. hablan, tratan de decir algo, y si entran en cuestiones difíciles para Uds., que no consiguen llegar a decir lo que quieren, pueden escribir; por eso es interesante hacer cursos, conferencias.
Uno puede prepararse en carteles, incluso la cura prepara para eso; se puede participar en coloquios porque desde el psicoanálisis se pueden
decir cualquier cantidad de tonterías. Yo no estoy en contra de que se digan tonterías, pero hay que comprometerse a darse cuenta de que uno quería decir algo y no lo consiguió, y después ver porque no se consiguió; decir y ver, por lo menos.
Y, fíjense bien que el analista no va a saber nunca qué es lo que no pudo decirle el analizante, pero él sí sabe qué quería decir y no lo dijo; por eso no es la confesión.
No hay que hacerse analizar por un cerebro superior, alguien que va a entender mejor que yo. Si Uds. creen que eso es un analista, menos mal que no son muy buenos. Hay muchos que son muy malos, felizmente.
Como dice Freud : “no hay que ser un ejemplo”. Es mejor que haya analistas incompetentes, porque así, por lo menos, nadie se hace ilusiones; pero uno puede darse cuenta y no hacer un análisis con ellos, porque fíjense, la gente no es tonta, no crean que son inocentes.
Yo les pido que planteen cuestiones, pero sé perfectamente que no tienen mucho interés por las respuestas. Lo que quieren comprobar es si tengo las mismas respuestas que Uds. o no. Si tengo la misma respuesta, van a pensar: ah! ¡Qué bien! lo ha pensado bien. Es interesante. Pero si alguna vez tuviera una respuesta distinta, entonces es: ¡bueno! ¡Pero esto qué es!?
Se plantean siempre las preguntas cuando ya se tienen las respuestas.
Es una regla general. Siempre planteo a la gente que haga preguntas porque así acabo sabiendo lo que unos u otros quieren escuchar. Es la manera de ver qué les interesa, porque, desde luego, alguien plantea la pregunta cuando ya tiene la respuesta.
La cuestión ¿cuál es? es el narcisismo. El narcisismo es una escuela de lectura pero justamente hay que precisar ¿qué es leer?
Como primera aproximación para ir hacia las cosas más difíciles, hay una manera de considerar el narcisismo, gracias a una pareja de oposiciones de la topología. A causa de esto la topología fue inventada.
Se habla del análisis intrínseco de un objeto y del análisis extrínseco de un objeto. Leibniz llamó a esto -imaginó una ciencia que iba a devenir la topología- la llamó “análisis situs”.
La cuestión del “análisis situs” es la siguiente: si conozco todas las características de un objeto, todas las características físicas internas, intrínsecas…
por ejemplo: un toro, un toro es esto que tiene un agujero. Si se conoce bien la geometría o la topología del toro intrínsecamente, a partir de su definición, es que se pueden prever todas las situaciones en las que podré reencontrar ese toro en el espacio. Esto se llama la situación en el espacio, se llama extrínseco.
Entonces se plantea la cuestión de si conocer todas las características de un
objeto propias, propiedades intrínsecas, eso permite saber todo lo que se podrá hacer con ese objeto situado en el espacio; todo lo que se puede hacer con ello.
Y Uds. ven que la cuestión del nudo es una respuesta negativa a la pregunta de Leibniz, porque con un hilo, una cuerda, se deshace por aquí, y se anudan; y tienen la misma estructura que un nudo, si es un redondel de cuerda cerrado. Y con ese trozo de cuerda pueden hacer infinidad de nudos. Y justamente hoy, todavía, no hay una teoría de nudos, no se sabe cómo describir todos los nudos.
Y avanzo que Lacan es más serio que los matemáticos y los científicos que quieren llevar todo al número; Lacan se dio cuenta de que el nudo no era cifrable, que no se puede reemplazar el nudo por cifras, es decir, que hay que utilizar otros métodos que la aritmética para estudiar el nudo.
Mientras que Descartes ha estudiado toda la geometría de Euclides gracias a la aritmética con el álgebra.
125 es: x² -porque si x es 10, 100 es x²- + 2 veces x -siendo x=10- +5, (X²+2X+5)… y se dice que: 1 es 10 a la potencia cero (1=10º) . Entonces cuando escriben una cifra como esa, en realidad están escribiendo un polinomio. No se explica eso a los alumnos pero se les hace estudiar los polinomios.
El día que estaba explicando eso a dos compañeros de mi hijo, mi hija lo escuchó y dijo: -Ah! ¿Pero eso son los polinomios? ¿Escritura de números? entonces si me interesan las matemáticas. Los profes se olvidan de decir esas cosas, pero hacen un uso muy importante del polinomio; es toda el álgebra de Descartes, eso.
Después se han inventado otra serie de caracteres; y cuando Freud ve unos caracteres nuevos, que él no conocía, inmediatamente se va a escribir un artículo: “la negación”.
Entonces no hay más que ver que “el principio del placer” es el concepto que ya había utilizado en “el Proyecto”, para el bebé que busca el pecho para alimentarse, para mamar. Entonces, Freud dice que “ el seno es la constante, el objeto, y que la función es el movimiento de la cabeza”; Freud razona así.
El tercero es el existencial, que es “el principio de realidad”, que es ver si el objeto existe o no. Si yo huyo y el objeto no me persigue es que está en la realidad ; si yo huyo y el objeto me sigue, quiere decir que el objeto forma parte de mi aparato .
Freud sigue diciendo que “el borde del aparato psíquico es el dolor”. Si Uds. ponen su mano sobre el fuego, y si, cuando empieza a quemar la retiran, y el fuego va con Uds., se lo llevan con Uds.: no pueden huir; entonces el fuego ya no está en la realidad, ha entrado en vuestro aparato.
Yo digo que no hace falta enseñar a un niño que no hay que poner la mano en el fuego, porque él eso ya lo sabe; y si el niño obedece o no obedece, no depende de que se lo hayamos dicho. El niño escucha, obedece, si los padres están de acuerdo en que ése que ha hablado tiene cierta autoridad. Y, evidentemente, en la educación de los hijos va a haber el problema de que siempre habrá cosas con las que no estarán de acuerdo, entre los padres.
Claro, al niño todo lo que pasa entre los padres le interesa. A eso se le llama el Edipo. Lo que pasa es que eso ya es viejo. Ya se ha escrito el anti. Edipo, pero no se trata de eso, ya que el niño no tiene un libro de instrucciones.
Entonces el niño se pregunta: ¿qué hacen estos dos?, ¿son uno o son dos? eso se escribe así en francés: “est un, est deux” y Lacan escribe la pregunta: ¿es uno es dos? que en francés suena exactamente igual que S1 S2.
El hecho de que un significante represente a un sujeto para otro significante, es la cuestión de todos los niños. Saber qué hacen el padre, la madre, qué hacen juntos.
Es verdad con las palabras; es verdad con el cuerpo; es verdad con todo. Es necesario que descubra el mundo.
El padre y la madre son muy interesantes. ¿qué dicen, quien dice? pero no hay que responder en lugar de los hijos.
Entonces, el narcisismo tiene esa cuestión de ¿es uno? o ¿es dos? Estoy en mi cuerpo, miro en un espejo y veo en el espejo mi cuerpo, como si yo estuviera fuera de mí; entonces ¿estoy dentro o estoy fuera? ¿hay un solo cuerpo o hay dos cuerpos? o ¿hay dos posiciones respecto al cuerpo: uno dentro y otro fuera? Y esas dos posiciones ¿son dos? ¿son diferentes? o ¿son la misma?
Por eso Lacan inventó el estadio del espejo para hablar del narcisismo.
Les doy un ejemplo de por qué llamo a esto un ejercicio de lectura: van a ir a la calle, miran en el ordenador los mapas de google y cuando Uds. miran el mapa de España, el mapa de Catalunya, de Tarragona, dicen: yo estoy ahí, pero Uds. están acá. Eso se llama leer los mapas. Hay gente que sabe orientarse con un mapa y otra no.
Leer es la tinta sobre el papel, y el sujeto que lee tiene que inventar una cosa, y eso corresponde, más o menos, a lo que está escrito sobre el papel.
Hay escuelas de lectura, escuelas de comentario (tao te ching, Pinyin, on- yomi, kun -yomi,) no van a creer, como todos los paranoicos, que la lengua hablada y la escritura de una lengua es un código, que habría una correspondencia término a término entre una cosa y otra.
La escritura alfabética hace creer que la lengua hablada y la escrita son
iguales. El alfabeto hace parecer que es un duplicado, como si fuera un registro.
Fíjense, actualmente todo el problema que hay entre la escritura y la palabra en la administración, en el derecho administrativo.
Los africanos están en la miseria porque son una cultura de la palabra, una civilización de la palabra. No digo que cuando se habla de la palabra se trate de tradición oral, cuando se trata de africanos o árabes. No se trata de tradición. Cuando se es vaticano, escribiendo documentos administrativos, estamos en una civilización de la escritura dominante.
Si quieren leer un pequeño y buenísimo libro sobre eso, les aconsejo procurarse un librito, que escribió Dante antes de escribir “La Divina Comedia”; saben que escribió “La Divina Comedia” en italiano, y si quieren ver cuál es la relación entre la escritura y la palabra, el librito se llama “la elocuencia en lengua vulgar” . Está traducido como “la elocuencia en vulgar” . Es un tratado sobre lalangue, tal como lo escribe Lacan, en una sola palabra.
Hubo gente que creyó, que al escribirlo junto, se refería al lenguaje de los bebés. Para los psicoanalistas de niños se habla de la lalangue… la, la… y al final parece que están cantando. Yo pienso que lalangue e s la lengua vulgar.
¿Qué dice Dante? Que hay dos lenguas.
Está la lengua vulgar, que se aprende hablando con los otros, y hay otra cosa, que hay que aprender, hay que estudiar, que se llama la gramática, pero esto es otra cosa.
Entonces hay cosas que hacen reír porque son graciosas: que uno se pregunte si los animales conocen la lengua vulgar, si los ángeles conocen la diferencia entre lengua y gramática; los ángeles no necesitan esa diferencia, porque basta que se miren unos a otros para que comprendan todo lo que los otros dicen.
Los ángeles son como el espejo, cuando miran a otro, se ven a sí mismos. Los ángeles son como los anti paranoicos, no tienen problemas narcisísticos; no se hace diferencia entre palabra y escritura, hay una sola cosa, se comprende todo entre ellos. Eso son los ángeles. ¡Interesante!
Porque, fíjense, Leibniz quería que se inventara una lengua característica para luchar contra la ignorancia; una lengua característica que permitiera comprender todo, no tener más problemas con las palabras. Cuando Lacan habla de esto en Japón, dice que eso merece un documento para el desplazamiento al hospital psiquiátrico para Leibniz. La lengua característica de Leibniz es un delirio.
¿Qué es mirar un mapa? Es llegar a hacer algo de dinámico, que es que hay una diferencia entre dos situaciones que, al mismo tiempo, se identifican.
Eso es leer.
Leer es responder a esta cuestión: de ¿es uno o es dos? Diciendo: es uno y es dos a la vez.
¿Qué es aquello en lo que los lingüistas no han tenido éxito? los filósofos tampoco. Todos han dicho en el siglo XX y XIX que la lengua es la diferencia.
La lingüística es estudiar las diferencias, las oposiciones. Después hay algunos que, además, han añadido “la doble articulación”, pero es siempre una composición de diferencias. No han llegado nunca a poder pensar que la identidad son diferencias que están superadas, borradas, que viene de diferencias que se anulan.
En la identidad uno se da cuenta que, si uno es sujeto de la represión, si se tiene una memoria, se puede leer, en cosas consideradas supuestamente idénticas, que son diferentes; que hay una diferencia que es todavía legible para el sujeto que está en el discurso en ejercicio; que puede leer cosas que los estoicos llaman incorporales
¿Qué son los incorporales? Es lo que el extranjero no puede entender. Ven, entonces, el narcisismo es la lectura, es una dinámica entre diferente e idéntico. Y podemos hacer las dos cosas. Es idéntico, pero se puede encontrar la diferencia, si los sujetos están todavía vivos; porque los historiadores, que tienen un documento escrito, jamás pueden encontrar la significación, puesto que la diferencia se ha perdido.
Se puede leer como Champollion los jeroglíficos egipcios, pero eso no significa saber cómo hablaban, y no se sabe que significación tenía eso para ellos, si es que era el Nombre del Padre tal cosa o tal otra.
Eso, que es banal para todo el mundo y excepcional para cada sujeto, es del orden de los incorporales; y el psicótico es alguien que quiere destruir la lectura, porque tiene una neurosis narcisística, dice Freud.
¿Pero esto qué quiere decir? Quiere decir que no sabe leer; tiene la impresión que se ríen de él porque hay gente que escucha una broma y se ríe, y él escucha la broma y no se ríe; entonces, como no entiende nada, quiere destruir la cuestión de la broma.
La psicosis es eso. La psicosis conduce en el siglo XX al crimen paranoico de masas. -Yo nací en el 48 después de este acontecimiento de Auswitz– el paranoico destruye a los judíos porque tienen un alfabeto que no es completo porque no tiene vocales.
Entonces, el talmud no es serio, porque hay que hacer una interpretación para leerlo y, además, hay muchas maneras de leerlo. Esto para el paranoico es insoportable, hay que hacerlo desaparecer.
Y los japoneses son una gente, que Lacan nos enseña, que leen de una manera extraordinaria, porque leen continuamente de dos maneras en una sola; están constantemente en un bilingüismo práctico, efectivo.
Nosotros también estamos en un bilingüismo: la lengua que hablo no es la misma que escribo. Entre escritura y palabra son dos que hacen una, que es la mía. Hay dos lenguas: no escribo como hablo ni hablo como escribo; tengo dos lenguas pero es mi lengua.
El psicoanálisis es el estudio de los objetos que son dos y uno a la vez. Y los que no están al corriente no entienden nada.
Para leer hay que estar en la onda. Los incorporales son lo que el extranjero no puede leer; para los estoicos no hay sólo significante y significado, hay significante, significado e incorporales.
Lacan habla de esto en “Radiofonía”. En la pregunta 2 escribió la versión prínceps sobre “la incorporación”, y subraya que lo simbólico, es decir la lengua, sostiene el cuerpo, está atada al cuerpo gracias a los incorporales.
¿Qué significa? lo que es necesario practicar para poder leer.
Incluso el filósofo Bergson, que es vitalista como Deleuze, quiere llevarlo todo a la naturaleza. No tiene nada que ver con la naturaleza, es completamente artificial; que, además, produzcamos máquinas mecánicas y electrónicas es otra cosa; la lectura, la palabra , la escritura no son mecánicas, ni natural ni mecánica.
Estamos en una civilización imperialista que quiere hacer desaparecer la lengua, sea en una interpretación naturalista, sea en una interpretación tecnológica.
Estamos en una civilización específicamente paranoica, porque hay un sueño económico y político de hacer desaparecer todas esas ficciones, todos esos artificios –sea en la práctica biológica, que quieren explicar todo, sea en la técnica electrónica de máquinas que quieren hacer todo.
Y hay cosas que no se pueden hacer, que no están en la naturaleza, y que las máquinas tampoco pueden hacer. Es reconocer que puedo divertirme o hablar de cosas importantes gracias a la palabra y la escritura, pero que no es simple.
Hay que plantearse la cuestión, porque eso es el psicoanálisis: ¿Qué es leer? ¿Qué es hablar? ¿Qué es escribir?
Lo que quiero decir es que hay que parar de creer que hay respuesta para todo. Pienso que Freud hizo un trabajo formidable porque empezó a abrir la cuestión, y Lacan se dio cuenta de eso, y entonces dijo: “ Después de Freud hay que seguir precisando de qué se trata. Esto nos constituye. Somos sujetos, mamíferos prematuros, inviables, monstruos, que perseveran, como todos los mamíferos, como todo lo que está en la biología”
¿Qué es la perseverancia? Lo vivo persevera, las máquinas no perseveran, funcionan o no funcionan. Lo que es vivo, biológico, es siempre una tendencia a perseverar, a sobreponerse a los problemas, y eso no funciona así.
Somos una especie funciona siempre mal, pero se llega a creer que se hace mejor que los otros. Los hay que creen que podemos llegar a ser un robot. Es también un sueño, fíjense en Frankenstein: Se forma la materia y después se va a fabricar un hombre nuevo. Y si se quiere hacer un hombre nuevo, lo mejor de todo es ser una mujer y buscar un hombre para hacer la reproducción para que alguien fabrique los monstruos.
Siempre son monstruos cuando se hacen niños, pero son encantadores. Adoré ocuparme de mis hijos y tengo nietos y estoy encantadísimo; tengo un nieto de tres años y su hermanita, que va a nacer en un par de semanas; y ¡son deliciosos! claro! pero sé que ellos van a tener un montón de dificultades como todos nosotros.
El narcisismo es un affaire, una cuestión de lectura.
Estoy borrando para decir algo sobre la cuestión del narcisismo.
El progreso se hizo desde que elaboró este esquema. Esto es la carta 52 de Freud: –percepción, signo de percepción, inconsciente, preconsciente, consciente–
(Hace el esquema). Desde ahí tienen la palabra; no hay origen de la palabra, ni historia de la palabra, porque los animales hablan.
¿Cómo hablan los animales? Ellos hablan sin lengua, porque en la naturaleza no hay lengua, y la naturaleza nunca va a escribir ni a leer. No hay lengua, no hay escritura, ni lectura, pero hay la palabra.
¿Qué es la palabra? Hay algo que se encuentra en la palabra de los sujetos; es la postura. Yo hablo, tengo un pañuelo de color aquí; estoy muy orgulloso, es una parada. Es “la función imaginaria del falo”. Los animales necesitan esto; es biológico; tienen que hacer un círculo, dando gritos, dejando sus restos; después toman posturas: los perros que ladran para definir su territorio … Eso se llama “ la función imaginaria del falo”.
El pequeño bebé, que ve a sus padres y a los animales, todavía no ve la diferencia, no ve aún la cuestión de la diferencia; ve la postura.
En la civilización de los sujetos de la lengua… tienen, por ejemplo, el arte militar y las reglas de la guerra, que son paradas militares; ponen el acento sobre la función imaginaria del falo para dar miedo al adversario. Es también verdad en los partidos de futbol.
Cuando se hace deporte se está en la palabra, cuando están en la música están en la palabra. No es lenguaje.
Es en la lengua, en una civilización de sujetos que están en la lengua o lenguas. ¿Qué hacen esa gente? Desarrollan prácticas, disciplinas de la
palabra: la danza, la música, la pintura, el teatro… es magnífico, extraordinario. En el teatro hay un texto también, pero lo que se llaman las Bellas Artes, todo lo que es artístico es la función imaginaria del falo pero con la lengua… y, por tanto, deviene la función imaginaria pero del falo simbólico; porque, además, la palabra en la lengua es una autoridad, pero sólo si se supone que el que habla dice la verdad. Hay una autoridad en la palabra por el hecho de la verdad; se puede percibir eso, gracias a la mentira.
Reflexionen… Yo les voy a decir algo falso; miro por aquí y digo: “ ya es de noche en Tarragona”. Uds. van a pensar que estoy loco, que estoy estúpido, ¡si no es de noche todavía! Es falso lo que dije , pero no una mentira, porque les he prevenido. Si yo les prevengo que voy a decir algo falso, eso no es una mentira.
Una mentira es: alguien que dice algo que es falso, como si fuera verdadero. Entonces, es muy importante para hablar con los niños aclarar bien qué es lo verdadero y qué es lo falso. Y hablar con ellos de qué es lo simbólico.
Lo simbólico es un compromiso, una responsabilidad de hablar. Hay que comprometerse para hablar. Es muy importante porque la palabra es automáticamente esa dimensión simbólica de la lengua.
Eso es lo que Lacan dice que es “ la función fálica”. Está la palabra, pero en la primera raya, más o menos a la altura de percepción signo, empieza otra cosa, que ya no es la palabra, es lalangue.
Y por ahí, justo antes del inconsciente , va a llegar otra cosa que empieza, que es la escritura.
Los antropólogos no saben muy bien cuando se ha empezado a hablar pero están seguros que hay sujeto de la lengua en cuanto hay sepultura.
¿Qué es la sepultura? Algo justamente que es simbólico. Lacan tiene una frase muy bonita que dice: “el cuerpo deviene carne”, pero no es la carne en el sentido de la carne de comer; es la carne erótica, la carne del pecado.
La palabra se para en algún lado (señalando el esquema). En un momento determinado eso se para, y ahí, puede continuar hablando… y en un momento dado puede, incluso, empezar a hacer matemáticas.
¿Qué son las matemáticas? Es una escritura sin palabra y que no escribe la lengua. Es una cosa que es legible, que no es vocalizada. Son letras que están encadenadas en una sintaxis, pero no hay sólo la sintaxis de la gramática latina.
Practicar el psicoanálisis es interesarse por todas las sintaxis, todos los sistemas de escritura. Miren la diferencia de los hebreos, de la escritura hebraica sin vocales, y de golpe se puede leer de un montón de maneras diferentes la misma cosa. Los antisemitas lo detestan eso. Yo pienso que
por eso los quemaron, los mataron. Esos que leen sin garantía. No hay un sentido univoco.
Actualmente estamos en este mundo paranoico, donde es necesario que todo esté codificado. En un mundo codificado no se puede hacer literatura. Las novelas, por ejemplo, son algo perfectamente equivoco.
Es una cuestión importante. El psicoanálisis dice que hay que reconquistar la lectura para poder escribir y hablar; y eso hace algo en el cuerpo. No se sabe muy bien cuál es la relación, pero eso no es lo que nos ocupa.
Se puede hacer psicoanálisis sin ser médico. Ser psicoanalista es bastante complicado. No estoy seguro que haya un ser de psicoanalista. Tal vez el único ser del psicoanalista es tener pacientes, pero es a cargo del sujeto haber hecho lo suficiente para ocupar esa posición. Los paranoicos detestan esto, lo que quieren es una reglamentación en el psicoanálisis.
Claro, como no se sabe cómo se hace para devenir psicoanalista; si hicieran un psicoanálisis, sabrían cómo se llega a ser psicoanalista.
Un analista es un analizante que continua siendo analizante para siempre, aunque haya escansiones. En alemán no hay un sentido opuesto para el unendlich que es lo inacabable. Estoy comparando endlich y unendlich que es finito y no finito, y por otro lado, lo familiar de lo extranjero: heimlich y unheimlich.
Freud escribió tres textos: uno que se llama “Lo opuesto en las palabras primitivas” que Benveniste, lingüista francés, había querido destruir cuando Lacan le propuso escribir sobre Freud. Él decidió criticar ese texto y destruir a Freud. Confunde a Freud con Carl Abel que es un lingüista no muy bueno.
Cuando Freud escribe “los sentidos opuestos” no quiere decir que no haya diferencia.
El psicoanálisis es la única disciplina con Freud que llama a la repetición, que es la diferencia que está en la identidad, aún legible para el sujeto; reencontrar el objeto perdido de su deseo; como hacer un objeto transicional para los niños. Es lo que se hace en un análisis; se construye un objeto que resolverá de manera absoluta, separar la parte perdida del objeto en la alienación.
En la alienación el niño entra en la lengua por una alienación primera, una parte de su objeto va a quedar perdida. Lacan dice que eso tiene la misma estructura lógica que “ la bolsa o la vida”. Es una elección aparente pero que es forzada. En “la bolsa o la vida” no se puede dar la vida porque entonces se da la bolsa y la vida
Esto es la trampa de la entrada en el lenguaje. Miren la relación entre lo verdadero y lo falso. Les hablaba hace poco de la mentira. La palabra y
la verdad es alienante.
Hay una elección forzada que dice: ” incluso si es falso es verdadero”. La palabra es la verdad. Es evidente que con esto se pueden hacer estafas; se puede muy bien hacer equivocar. Es ahí donde se plantea una cuestión que no es moral sino ética: hay cosas que puedo hacer, pero que no voy a hacer. Eso es lo que le dice Einstein cuando escribe a Freud: ”ellos quieren hacer una bomba atómica con mi teoría de la relatividad”, y por eso, escribe a Freud, porque él entendía mejor a Freud que nosotros hoy –
Roosevelt se comporta con Einstein igual que un patrón con su empleado: ”Ud. no se preocupe; Ud. se jubila, ha trabajado muy bien; ninguna responsabilidad”, y hacerle eso a alguien es hacerlo volver se loco. Eso es la alienación salarial de Marx:
se les paga, pero entonces, ya no tienen ninguna responsabilidad. Ud. vende su tiempo, y entonces se le quita el objeto de su producción. Eso se llama un loco.
Alguien que no tiene ninguna responsabilidad; si de lo que yo hago no tengo ninguna responsabilidad, si es del otro: es exactamente ésa la definición del “alma bella” hegeliana.
¿Hay alguna otra cosa que quieran tratar en la conferencia de hoy?
(x) – Podría decir algo más sobre la función imaginaria del falo simbólico?
Hemos tratado de la incorporación y el narcisismo. La incorporación es sólo una página en “Radiofonía ” (Lacan), pero hay que dedicarle unas cuantas horas a esta página.
Un cuerpo son dos cuerpos. El narcisismo ata mediante la función fálica los dos cuerpos.
La función fálica como potencia… La función fálica va a devenir genital.
Esa es la diferencia entre la sexualidad y el sexo.
Tarragona, 26 junio 2014
Traducción: Angeles Moltó
Establecimiento del texto: Sílvia Pardines
Angeles Moltó