Vappereau-La estructura del lenguaje y su sujeto - Oír

Vappereau-La estructura del lenguaje y su sujeto

JEAN MICHEL VAPPEREAU

La estructura del lenguaje y su sujeto, entre organismos y máquinas.

CONFERENCIA en TARRAGONA

Hablo en francés porque, incluso en francés, hablo una lengua que, a veces, los propios franceses no entienden.

Me presento ante Uds. como un lector de los Escritos” de Lacan. Aquí tengo los dos volúmenes de los “Escritos”. Es a título de la lectura de estos volúmenes que les hablaré. Además, por supuesto, están los “Seminarios” de Lacan, que han sido hablados; y utilizo los “Seminarios” para leer “los Escritos”.

Pongo en práctica el método de Freud -que no lo inventó Freud, porque es Champollion quien lo descubrió- y en el que hacen falta dos versiones del mismo texto para poder aprender a leer, para descubrir la lectura, para inventarla, incluso.

Es el cruzamiento de dos versiones del mismo texto; o sea, que no hago jugar el mismo papel a los “Escritos” y a los “Seminarios”, en cuanto a lo que concierne a Lacan. Es una cosa que hago desde ahora hace ya cuarenta años; porque… estoy empezando a volverme viejo. He cambiado mucho en el transcurso de estos años, porque obtuve resultados.

Como dijo Lacan en la “Introducción al Coloquio de Roma” de 1976…

es un coloquio que se hizo en Roma, en el cual hizo un discurso que se llama “La tercera”.

El discurso de Romaes la primera [1953]; luego hizo otro discurso en Roma, en el 67…

Hay que remarcar que en el 67 hace tres conferencias sucesivas en Italia: en Nápoles, en Roma y en Milán. Se llaman “La equivocación del Sujeto supuesto Saber” [Nápoles], después “Psicoanálisis. La razón de un fracaso” [Roma],  ésa es la segunda, y después “Del Psicoanálisis en sus relaciones con la realidad” [Milán].

Y por eso a la del 76 la llama “La tercera.

Lo que Lacan dice es que lo que nos interesa en psicoanálisis no son los éxitos sino los resultados.

No tengo pretensiones, pero he obtenido resultados y han sido publicados, son resultados que están escritos; y, gracias a estos resultados escritos, puedo hablar de otra manera, de otra manera que antes; una manera que es distinta de  la manera que se habla en general y de la que yo hablaba antes.

Lacan hace un señalamiento muy interesante, y dice que…

en una carta que desapareció de los “Otros escritos”; que no está. Escribió dos cartas para la Universidad de Vincennes: una cuando fue creado el Departamento del Psicoanálisis, y otra, dos años más tarde, cuando la Universidad fue amenazada de ser suprimida.

El primer texto es conocido, está en los “Otros escritos”, en el segundo volumen de los “Escritos”…

-No sé por qué el editor los llamó “Otros escritos”, son los “Escritos” que tienen dos volúmenes.-

Es una carta conocida, que se llama “Tal vez en Vincennes”, escrita  cuando se creó la Universidad y el departamento de psicoanálisis; y dos años después escribió otra carta, que se llama “Para Vincennes”. Y en esta carta, y pienso que ésa es la razón por la que ha desaparecido, Lacan dice algo absolutamente extraordinario.

Empieza por explicar qué son las matemáticas, para qué sirve eso y qué se hace con ellas. Dice que las matemáticas son la disciplina que permite corregir  el objeto, y añade esa cosa increíble para los psicoanalistas… dice que es por esta razón que ha reducido el psicoanálisis a La teoría de conjuntos” de Cantor.

La teoría de los conjuntos” de Cantor es un invento del S.XIX, algo muy nuevo. Esta manera de hacer matemáticas tiene la ventaja y el inconveniente de dar perfectamente cuenta de todo lo que se había hecho desde los griegos. Todo lo que es matemática antigua y clásica va a encontrarse reconstruido en “La teoría de conjuntos”. Entre los matemáticos mismos hay algunos que no son cantorianos, porque piensan que hay otra matemática que es la matemática clásica, y tienen razón. La cuestión es que todo lo que se puede hacer en matemáticas, puede ser reconstruido otra vez en “teoría de conjuntos”.

La teoría de conjuntos” es una manera de escribir que permite construir los objetos en tanto que son letras; y a partir de Cantor ya no es pues necesario que haya una iniciación de ninguna clase. Lacan lo dice 

explícitamente: hay, desde Cantor -lo dice en el Seminario-, hay un corte entre el saber y el ser, que se ha conseguido, que está logrado.

Entonces, a partir de Cantor, si se continúa practicando ritos de iniciación, es que uno es retrasado o reaccionario; ya no es necesario. Ya no es necesario hacer un pequeño gesto erótico para conseguir que un sujeto aprenda, ya no es necesaria una cercanía sexual con un maestro para aprender.

Cantor es contemporáneo de Freud; y sostengo que hay un lazo, una ligazón, entre Cantor y Freud, y que el psicoanálisis no es un rito.

Hay un mito en el psicoanálisis, Freud inventó uno, es el mito del Padre de “Tótem y tabú”, pero el psicoanálisis no es el rito del Edipo.

La cuestión que yo propongo que nos planteemos es ¿qué es el sicoanálisis?

Lo propongo, y no lo digo para convencer, es una propuesta…

porque en este contexto yo he obtenido resultados, que son resultados escritos, y que, gracias a eso, hablo de otra manera.

El psicoanálisis es algo que Freud hizo, lo inventó, y lo inventó escribiendo 27 volúmenes de las Gesammeltewerke.

Freud es alguien que escribe en alemán; y si miro las traducciones, a mi parecer, tienen una curiosa propiedad: cuando son traducciones, como por ejemplo la de la Standard Edition en inglés, todos los otros traductores hacen el mismo error que el que se encuentra en la Standard Edition. Hay ejemplos que son absolutamente sorprendentes. Uno se pregunta ¿cómo es posible esa coincidencia? porque no es una repetición ¡es que hay un error y todo el mundo repite el mismo error! Les doy un sólo ejemplo: conocen el título de ese texto que se ha llamado “Más allá del principio del placer”, y bien ¡Freud no escribió nunca eso! Freud escribió “jenseits“ y no escribió “das Jenseits”. Al poner el artículo queda una noción, que puede parecer trascendental o que tiene un aire de trascendencia, es ese más allá; y Freud, lo que escribió es jenseits, que es “ el otro lado”: como se dice ultramar, el otro lado del atlántico, la otra costa, y no una trascendencia.

Y los lacanianos, creyendo leerlo en Lacan…

porque Lacan, habló mucho de la repetición; hizo, desde los primeros Seminarios, ese seminario que es el “Seminario de la carta robada”, en el segundo año de su seminario.

Es un Seminario que acabo de volver a leer en un grupo de lectura en Buenos Aires; lo hago en francés, pero con la gente que habla en castellano, y la mayoría de la gente está ahí tratando de resolver problemas de traducción.

Pienso que no hay que traducir. Explico lo que es mejor hacer… Freud ha hecho algo en la lengua alemana, hizo algo a su lengua, la modificó.

Freud es alguien que escribe. Hablaba, por supuesto, pero de eso no hay demasiados registros; en tanto que Lacan, hay que subrayar, habló durante veintisiete años, y escribió dos pequeños volúmenes de texto. Cuento todo esto porque puede parecer curioso presentarme precisamente como un lector de “los Escritos” de Lacan. Reconozco que Freud es alguien que escribe, y disponemos, por lo menos, de las “Gesammeltewerke” en alemán.

Y Lacan habla, lo que plantea un problema completamente distinto; y después, escribe también; y hace una tercera cosa, del lado de lo escrito, que es desde las matemáticas: introduce muchas más matemáticas en el psicoanálisis.

El psicoanálisis no es una teoría, es un discurso, es un lazo social. Un lazo social son: lugares, tiempo y lenguaje, es decir: escritos, palabras; y eso no se encuentra en “la estética de Kant”. En Kant los fenómenos están definidos por el espacio y el tiempo.

Lacan inventa un objeto, que llama el objeto “a”, que es una letra. Pero insisto, a partir de esto, y a pesar de haber inventado un objeto que es una letra, hay dos versiones del psicoanálisis, que son necesariamente diferentes: una que está escrita y otra que es hablada.

Les hago notar que Uds. tienen una lengua, que Uds. hablan en su lengua, pero que, si están atentos, podrán darse cuenta de que hablan una lengua pero escriben otra. Y en el lenguaje hay una cosa cierta, según mi parecer, y es que hay lenguas, y que el lenguaje introduce objetos completamente sorprendentes, que son uno y dos al mismo tiempo.

Uds. dicen: “mi lengua”; yo hablo y escribo en francés, es mi lengua, pero tengo dos lenguas, porque no escribo como hablo y no hablo como escribo. Entonces, hay dos versiones del psicoanálisis, una es escrita y otra que es hablada; y eso no impide que haya un solo psicoanálisis, porque es un lazo social que se despliega en el lenguaje.

Hay mucho tiempo invertido, mucha incredulidad, mucho tiempo perdido, pocos trabajos buenos; porque muchos quieren saber antes de empezar, tener garantías, porque quieren saber si Freud era serio, y si Lacan era freudiano o no, y si él mismo era serio o no. Hay una gran 

incredulidad, y pienso que es porque no tenemos todavía, entre los lingüistas en la Universidad… que no se ha integrado todavía esa noción de que los objetos lingüísticos son una forma de unidad, pero que es por lo menos doble, y tal vez múltiple, y que eso se multiplica.

Hay alguien que intentó hacer una teoría del lenguaje al final del siglo XIX, es un lingüista polaco que se llama Baudouin de Courtenay, que es el lingüista que ha introducido la noción de fonema; y todo lo que hemos sabido después, a lo largo del siglo XX, sobre el estructuralismo de los años sesenta… el drama de todo ese periodo, es que nadie consiguió llegar a explicar qué es el fonema.

Qué es el fonema? Para Baudouin de Courtenay el fonema es el elemento mínimo de la lengua, el grano de la lengua.

Hay un lingüista que Uds. deben conocer, que se llama Roman Jakobson, que ha dado “Seis leccionesen 1942 en New York, invitado por André Breton y Claude Levi Strauss, para inaugurar la Escuela de Altos Estudios Prácticos en New York; como Francia estaba ocupada, hacían vivir la cultura  francesa en una especie de emigración, e invitaron el primero a R. Jakobson, que hizo esas “Seis lecciones” en francés.

Y yo planteo que es escuchando esas “Seis lecciones”, que C. Levi Strauss devino C. Levi Strauss. 

Antes ya había escrito Tristes trópicosy había escrito Las Estructuras elementales de parentesco, pero lo que le permitió escribir El totemismo hoy, El pensamiento salvaje”, y los cuatro volúmenes de “Las mitologíasfue Jakobson; es gracias a Jakobson, porque entendió algo, entendió qué es el lenguaje. Y eso se tradujo para él en la mitología, en la medida en que se dio cuenta que los mitos no son concepciones del mundo, que no eran religiones arcaicas, que nadie entendía los mitos, ni incluso el totemismo. Ni siquiera Freud, que sobre este punto había leído a Frazer, y que inventó un mito: el mito sobre la cuestión del padre muerto por sus hijos, por el hecho de que era abusivo; es una especie de padre orangután que abusaba físicamente, sexualmente, de su autoridad con las mujeres y los niños; se parece al bramido de los ciervos; los machos se pelean entre ellos, y el más fuerte, el macho dominante, se quedará con todas las hembras: la historia del macho dominante que existe en los animales. La cuestión es saber ¿qué deviene eso en nosotros? puesto que hay una ideología que consiste precisamente en referirse a la naturaleza.

Levi Strauss comprendió eso; de lo que se dio cuenta es de que los mitos no son la naturaleza, que no son un saber o una creencia, y que los 

pueblos, que desarrollaron sus mitos en la época neolítica, no creían en los mitos como nosotros podemos creer en la publicidad o en la teología.

Los mitos son un modo mnemotécnico para acumular la experiencia. Eso  es lo que Levi Strauss descubrió, lo explica en el pensamiento salvaje”, y lo había entendido gracias a Jakobson y gracias a la noción de fonema. Es decir, que en la época neolítica, antes de que hubiera una escritura efectiva, antes de la invención de la escritura, incluso en China, había mitos. Las escrituras efectivas son, según mi parecer, lo que va a incentivar, a conducir, a la invención de la tecnología, a crear tecnología.

La tecnología empieza con el papiro y el caparazón de las tortugas y la punta de metal calentada para poder grabar. Y se ve en África, por ejemplo, con los pueblos Peul -que están en África, y que han sido convertidos al islamismo por los Árabes-, que escriben con esas puntas de acero calentadas para aprender a escribir el árabe del Corán. Pero antes de la tecnología y antes de que hubiera esta escritura, están los mitos.

Todo el mundo ha creído, tanto en las religiones como en las ciencias, que los mitos eran como una especie de religión arcaica, una ciencia arcaica y primitiva, como para niños.

No es en absoluto una concepción del mundo lo que les interesaba, sino  una acumulación de la experiencia, ligada al hecho de que todavía no se había inventado la escritura; pero están en el lenguaje, ya no están en la naturaleza.

Y es esto lo que estudiamos en el psicoanálisis.

En la medida en que justamente nosotros hemos llegado mucho más tarde, después de las religiones, con las ciencias y con las ciencias matemáticas, que somos una civilización que escribe efectivamente, se piensa… digamos que hemos caído en una especie de pretensión, por haber descubierto la escritura efectiva.

Y es una cosa ya presente desde los mitos, presente en lo que los antropólogos utilizan para reconocer la existencia de sujeto del lenguaje, de seres que hablan con letras.

Es también la sepultura. La sepultura, como los mitos, no son todavía escritura, pero son ya efecto del lenguaje. Pueden ver que en la sepultura, por una parte está la carne, el cadáver, y que hay, además, otro cuerpo que es fabricado para envolverlo.

Lacan habla de esto en una conferencia que hizo en la radio, que se

llama “Radiofonía”, cuando responde a la segunda cuestión que le hace el sr. que le pregunta…

Robert Georgin es alguien que es levistrosiano, no es exactamente un periodista. Hizo una revista muy buena que se llama “La edad del hombre”.

Lacan responde a esa segunda pregunta, y da la versión definitiva de lo  que llamamos en psicoanálisis la incorporación.

Lacan va a hacer, a propósito de la incorporación, un trabajo preciso y muy lento. Es decir, va a empezar en el Seminario IV La relación de objeto; empieza ahí, retoma luego la cuestión de la incorporación en el Seminario VII sobre “La ética del psicoanálisis”, y otra vez en el Seminario XII, que es “Problemas cruciales para el psicoanálisis”. Si buscan incorporación –con un buscador electrónico- en “los Seminarios” de Lacan, van a encontrar esos tres pedacitos de trozos de Seminario, y verán que en esos tres Seminarios, durante un par de lecciones cada vez, trata de este tema de la incorporación.

Empieza evidentemente con Freud y Melanie Klein, y se interroga sobre ¿qué es lo incorporado? ¿qué es incorporable? Verán que Lacan distingue, muy precisamente, la incorporación de la introyección. No cometan ese error de confundir incorporación e introyección.

Trató la introyección por oposición a la proyección en los años en que escribió “Juventud de Gide o la letra y el deseo, y después “Observación sobre el informe de Daniel Lagache”. Aquí la introyección es un agujero simbólico, y la proyección es una construcción imaginaria. Es muy diferente de la incorporación, y no se presta atención.

Entonces, hay que plantearse ¿qué es incorporar? Él se pregunta ¿qué se incorpora? ¿qué se come? ¿comer qué? y dice que… lo que se come es el significante, es decir el elemento fónico, que es la versión sonora del fonema.  La versión gráfica se llama letra en Lacan. El fonema, que se realiza de dos maneras, es el grano del lenguaje. Se realiza de dos maneras: sea de una manera sonora, Lacan propone llamarlo significante, y se realiza de una manera gráfica, que Lacan propone llamarlo letra.

Y es lo que explica Jakobson, que se refiere a Baudouin de Courtenay.

¿Cómo presenta las cosas Jakobson.? Hace seis lecciones, de las que hay tres que explican los fonemas, y las tres siguientes que explican qué es lo que el lingüista puede hacer con los fonemas.

Es un libro que no ha sido muy leído, porque es un libro que se ha escrito en francés; y, desde que yo hablo, desde hace algunos años, se quedó en el editor; no se ha comprado. El editor hizo las ediciones mínimas; y el libro se llama “Seis lecciones sobre el sonido y el sentido”. 

Hizo esas conferencias en francés, en 1942, y explica en qué el fundador de la lingüística moderna es Baudouin de Courtenay. Empieza con la fonética, que es el estudio de los sonidos que se utilizan en la lengua, pero que se estudian desde el punto de vista acústico. Y justamente, el fonema es una señal que tiene además una propiedad lingüística.

Sí Uds. registran, por ejemplo, una conversación telefónica, Uds. registran la señal, pero el magnetófono, que graba la conversación, graba la señal, pero no se va a interesar como Uds. en qué se habla o quien habla. Cuando yo hablo con mi mujer, que está en Buenos Aires, tanto me alegra el sonido de su voz como el contenido de lo que ella me cuenta. Eso es lo que hace que sea lenguaje, no es comunicación, no es un código. Es una cosa que tiene una carga, una carga erótica, y es lo que hace que Lacan lo llame significante al aspecto sonoro del fonema; pero, como lo explica muy bien Jakobson, Baudouin de Courtenay no pudo desarrollar este estudio en su época, porque estaban en una época darwiniana; está bien Darwin, pero se interesaba siempre sólo en la evolución.

La evolución es lo que interesa cuando se habla de psicología, del desarrollo del niño, por ejemplo: cómo un niño deviene adulto… 

Sobre esta cuestión de la evolución, actualmente hay una palabra que me horroriza, porque oigo a los políticos, a la gente en la calle, que hablan como si eso fuera de suyo, como si supieran lo que es; hablan de la construcción como si supieran lo que  es.

Construcción es una palabra que está en Freud en alemán. Freud escribió un texto fantástico que se llama Recuerdo, repetición y elaboración(Erinnern, widerholen und durcharbeiten), y ven una vez más que es como en el ejemplo del “jenseits/das Jenseits…

Freud tenía una intuición extraordinaria de la lengua, y es eso lo que cuenta en el psicoanálisis; esto es la clínica. Si Uds. toman la palabra que dice repetición, la palabra de en medio de este título, es una palabra que en alemán está hecha de dos palabras: la primera (wieder) remite a recuerdo, y la segunda parte de la palabra (holen) remite a lo que sería tirar -como se tira, por ejemplo, de una barcaza con una cuerda, desde el camino que hay junto al canal-.

Es extraordinario que cuando Freud escribió el título, que lo hace con palabras alemanas… sí se mira la etimología de la palabra del medio, se ve que esa palabra está construida en dos pedazos: uno remite a la palabra primera y el otro a la última.

Por eso les digo que Freud ha hecho algo en la lengua alemana. El 

psicoanálisis es algo que proviene del hecho de que Freud estaba muy atento a la lengua, a su lengua alemana. Todo el mundo puso el acento sobre las grandes líneas sexuales, las evidencias sexuales, pero si Freud pone la palabra construcción en el psicoanálisis es a causa de esa tercera palabra del título, que es elaboración, que es el trabajo con esfuerzo, trabajar a través de la resistencia.

La resistencia no es mala; la resistencia es una buena cosa. Hay que distinguir entre defensa y resistencia. La defensa es una construcción para evacuar el problema; es algo que no es todavía la forclusión, pero que va en el sentido del rechazo. Esto es la cuestión de la defensa. Eso empieza ya en la neurosis y en la perversión, pero puede transformarse en locura, en desconocimiento.

Desconocer no es no conocer, es conocer y rechazar reconocer. Es la definición que da Lacan de la locura en el 48 en “Acerca de la causalidad psíquica”

se dirige a los psiquiatras, todavía no a los psicoanalistas, con lo cual los psicoanalistas se han olvidado de leerlo, porque dedujeron que no les atañe.

Fue en un Coloquio que había organizado Henry Ey, que era el camarada de la sala de guardia de psiquiatría de Lacan. 

Entonces, sostengo esa cuestión de la defensa, justo antes de la forclusión en la psicosis; no justo antes sino antes. Y esta es la cuestión de la locura.

La psicosis no es la locura y la locura no es la psicosis; y la neurosis no es  la locura ni la locura es la neurosis; y la perversión no es la locura, y el psicoanálisis tampoco es la locura; porque psicosis, neurosis, perversión y psicoanálisis son síntomas. Pero el sujeto puede estar loco, y es por eso que hoy hay un delirio cercano a la psicosis, un delirio que se va precisando qué es, pero que es una psicosis. Por ejemplo, acabo de hablar de la construcción del yo.

El vocabulario psicoanalítico está muy de moda, todo el mundo lo usa como si fuera de suyo; y tienen ahí un delirio que es un delirio actual, que se llama paidofilia. Lo que es grave, lo horrible es el paidófilo loco pero no la paidofilia; porque la paidofilia es una manera de entrar en la homosexualidad masculina, según Freud.

En el momento del descubrimiento de la castración de la madre, el niño se identifica a la madre, y luego elige como objeto un niño que tendrá la edad que él tenía en aquel momento. Eso se encuentra varias veces en Freud. Es una manera de entrar en la homosexualidad masculina; la otra 

no va a descubrirla y a tratarla hasta 1922. Habló un poco en las Conferencias, de 1916… Es la entrada en la homosexualidad masculina por el odio al padre o al hermano mayor; y eso da la carrera política, la dedicación a la cosa política. El odio al padre y al hermano mayor se transforma en devoción por la comunidad y la cosa pública”…

Yo sostengo que son síntomas, pero no son enfermedades. Incluso hay ahí identificaciones sexuales que no llegan a ser síntomas. Son identificaciones sexuales y no síntomas.

Y, por supuesto, ahí está la palabra identificación, que hace problema a todo el mundo, porque está la teoría de Freud de la identificación del yo, y el yo se construye en psicoanálisis por identificaciones sucesivas.

La teoría de la identificación del yo, Freud la acaba en el texto Psicología de las masas y análisis del yo. Es por eso que digo que se habla mal de la construcción, porque la construcción es otra cosa.

La construcción en Freud es la elaboración. No elaboración, sino “perlaboration”; elaboración es una mala traducción de Durcharbeiten, porque se trata de esa elaboración dentro de la resistencia, a través de la resistencia.

No voy a hacer de policía de lo que hay que decir o lo que no hay que  decir. Jakobson cuenta una historia muy bonita;

Y, entonces, Uds. ven que los niños juegan con un salvavidas, con objetos. Los autistas se preguntan ¿dónde acaba el colchón y dónde empieza el suelo? Miran el borde, son exploradores de bordes; y son muy importantes los bordes en el lenguaje, y no son necesariamente límites.

La palabra límite es una palabra muy sabia de la matemática Leibniziana y Newtoniana, es el cálculo diferencial; mientras que el borde es lo que cierne.

¿Qué hacen los animales para definir su territorio? dan gritos, toman posturas y dejan deshechos, para definir el borde de su territorio. Por eso usamos los perros como guardianes: cuando tienen su territorio definido en la casa, si alguien pasa el borde, ellos ladran.

Les digo que aprendí con Lacan que los animales hablan, pero no escriben ni leen. En la naturaleza no hay ni lectura ni escritura, en cambio hay palabra; no sólo en Lafontaine –conocen las fabulas de Lafontaine-.

Los animales hablan, pero no como nosotros. ¿Cómo hablan? Ellos lo hacen con el mimetismo animal, los colores… y nosotros con nuestra palabra, que aparece en el lenguaje, a partir de una experiencia que viene

antes de la incorporación. Y Lacan esperó a la última lección de su último Seminario para hablar de eso, para indicar y definir la entrada del sujeto en el lenguaje, lo que hay al principio, y llamó a esto el trauma”; decía: no estamos traumatizados por el nacimiento como propone Rank; Lacan propone una solución muy cercana, pero mucho más elegante, en el sentido en que se habla en matemáticas de una solución elegante.

¿Qué dice Lacan del trauma.? él dice: Uds. son, nosotros somos, cada uno es traumatizado por el malentendido de los padres. Los padres no se oyen gritar. Imaginen por un momento cual es la situación de un niño que necesita el lenguaje para superar su prematuración. Somos mamíferos prematuros.

Estos son trabajos que se han olvidado, pero que se habían hecho por los fisiólogos en los años 30. Lacan habla de eso en los textos del Estadío del espejoy en A propósito de la causalidad psíquica. Uds. tienen a un autor como Raymond Queneau, un novelista, que tiene un libro que se llama “Bordes”, donde habla de los trabajos de esos fisiólogos en los años 30, antes de la guerra, a propósito de la prematuración.

Es decir que somos monos, peor que monos, porque somos fetos de monos, que sin embargo alcanzan la maduración sexual y entonces se reproducen; pero, el cuerpo en esas condiciones no es viable.

miran, por ejemplo, un pequeño caballo, que acaba de salir del vientre de su madre, enseguida puede empezar a cabalgar; mientras que, dejamos a nuestros niños al lado de un plato de sopa, desde luego, no se lo van a comer. Se morirán al lado.

Somos muy dependientes; y hay que explicar cómo entramos en ese pulmón de acero que es el lenguaje, que va a permitir, cayendo sobre el cuerpo, hacer funcionar las funciones corporales. Y eso ocurre en instantes que no son históricos; eso empieza a ser histórico, a devenir escritura, con el narcisismo.

El narcisismo es la experiencia de la lectura y de la escritura; pero antes está el trauma, el malentendido de los padres y la incorporación: el hecho de que un cuerpo de lenguaje entre en el cuerpo por las orejas.

Y esos dos instantes –trauma e incorporación– van a formar un momento que es el narcisismo; esos dos instantes van a participar en un momento, como se dice el momento de una pareja de fuerzas, esas dos fuerzas van a tener un momento: eso se llama narcisismo. ¿Qué es? Es como, gracias a una dimensión misteriosa, que el niño ha captado, va a aprender a controlar su cuerpo. Por eso, digo, que el lenguaje va a caer 

sobre el cuerpo y va a permitirle funcionar; pero hay condiciones.

El trauma es una necesidad; y el niño ¿qué descubre en el momento del trauma? descubre que siempre es “demasiado deprisa” 1. Lo traumático es el no respeto del tiempo del sujeto; lo que se llama la contingencia, hay que respetar  la contingencia. Cada sujeto necesita su tiempo, y uno va más deprisa que él, es traumático.

Tienen un ejemplo en el análisis magnifico de Freud, que se llama El hombre de los lobos

Miren cómo hay que leer a Freud, que no es un maestro sino un analista, y aún más, un analizante; porque para ser analista hay que ser analizante y después continuar siéndolo, porque, lo de ser analizante no se acaba nunca si empezó, si uno fue mordido es como una adicción, y no al dinero… son los camellos los adictos al dinero.

Freud busca en el hombre de los lobos, sí el sujeto ha visto o no la escena primitiva, que es el trauma; es traumático asistir al coito de los padres.

Freud se plantea la cuestión, con el hombre de los lobos, de si de pequeño, si el niñito asistió al coito de los padres; y después, al cabo de un tiempo, se da cuenta que eso no da resultados…

Lacan dice que de todas maneras un caso no es suficiente, que habrá que ver muchos más casos; porque se puede hacer como en medicina de masas, se pueden hacer estadísticas, para hacer un estado de la cuestión. No es para predecir el futuro que se hacen estadísticas y cálculo de probabilidades, es para dar un estado de la cuestión, es la regla de la apuesta de Pascal: cuando todavía no se ha terminado la partida cómo se distribuyen las apuestas. Es esto  la apuesta de Pascal.

Entonces uds. ven que Freud se equivoca, pero busca algo a propósito del trauma. Y ¿qué le va a decir al hombre de los lobos? Le dice al hombre de los lobos: en dos semanas, en diez días, en doce días, su análisis se terminó. El tipo no se recuperará jamás.

¡Vayan a decirles esto a los enemigos del psicoanálisis! y a los enemigos de Freud, porque, ahí hizo un error grave; pero es gracias a ese error que nosotros aprendemos qué es el trauma. Eso demuestra que Freud tenía la intuición de lo que es el trauma; y se equivocó.

Eso es el espíritu científico: en lugar de hacer un tribunal para ver si Freud tiene razón o no tiene razón, si es un bandido o es un genio, si hay 

1 N.T. Que las respuestas llegan desde el otro antes que el sujeto haya podido plantear sus preguntas

que tenerle confianza o no… ven que es una cuestión de lectura, de posición del sujeto. Por mi parte, yo veo que Freud se equivoca, hace un error, pero Freud es Freud, e incluso si se equivoca es formidable. No es una cuestión de buena fe o de mala fe, es una cuestión de curiosidad y de honestidad. ¿Qué es el espíritu científico? Es la honestidad intelectual. Y Freud es lúcido y honesto; nos dice una enormidad de cosas personales, porque él es ante todo analizante.

Lacan dirá menos cosas personales, porque dice que es su construcción -porque es segundo después a Freud- lo que es más importante, más que su vida personal.

Y ahora que soy mayor, estoy sorprendido de la posición de Lacan, que considero que es alguien que gracias a Freud ha sobrevolado el siglo XX, enseñándonos, respecto a la lógica, cosas que son extraordinarias, incluso más que algunas de Gödel ¡y hace el semblante de hacer el tonto! Él no quería pasar por ser nadie excepcional; pero eso no era modestia, es que no quería dar nada.

Freud en ese aspecto era generoso: cuando encuentra la reacción terapéutica negativa -los analizantes que vienen al analista, pero nada de análisis, y que luego, tampoco nada de transferencia, y ya no hay nada… pero siguen viniendo y siguen pagando.

Freud llama a eso reacción terapéutica negativa; no es la resistencia, no,  es aplastarlo todo. Y Freud es generoso ¿Qué es lo que inventa para explicar esto? el Superyó. Después todo el mundo habla del superyó, de la culpabilidad.. Pero Freud no llega a salir de este problema, es Lacan quien más tarde le da la solución. Freud es generoso y da, da explicaciones; y sin embargo, no hay que hacer todo por los otros, al contrario, hay que parar de mantener a los analizantes en la dependencia haciéndoles creer que se puede hacer algo por ellos. Hay que decir también, por otro lado, qué otra cosa se hace ¿Cuál es la función del analista, si no se trata de ayudar?

Termino sobre esta cuestión de Lacan; su modestia es algo fundamental. Era muy valiente como hombre vivo, imponía mucho. Conozco muchos analistas en el mundo entero, que conocieron a Lacan cuando estaba vivo, e intentan imitarlo. Los llamo analistas etológicos: sacan pecho, caminan muy tiesos…

Lacan es alguien bastante extraordinario, porque, justamente, fíjense, habla del trauma: en el trauma ¿qué ven los niños? que los padres hablan; el padre y la madre son dos animales ahí, y ¿ellos son uno o son dos?

Esto está ya ahí, no empieza sólo con el narcisismo y con la lengua, pero 

es por el hecho del lenguaje que se plantea la cuestión. ¿Qué hacen ellos? Hablan, se comportan igual que los animales que marcan su territorio con las posturas.

Esto es algo que rencontramos en nuestras disciplinas artísticas. ¿Cómo se puede tocar cualquier instrumento musical sin poner en el hecho algo que sea del orden de la autoridad? o hacer teatro, ser actor: es sorprendente, tienen una relación a la lengua y al texto extraordinaria; y los bailarines, los pintores… hay que hablar y estar en el lenguaje, no es más la palabra de los animales en la naturaleza. No es que sea un lenguaje diferente, es que hay en este lenguaje escritura y palabra, que son de dos órdenes diferentes; son dos pero es el  mismo.

El fonema se realiza desde un punto de vista gráfico o sonoro. Desde el punto de vista sonoro es la palabra, y como es verdad que los animales hablan, entonces parece que la palabra está más cerca de la naturaleza, más cerca del cuerpo. Pero el sujeto que nosotros somos, ese mamífero prematuro, ha entrado en el lenguaje. Lo que hacemos como palabra es algo que está ligado a lo que se llama la verdad.

¿Qué es esa palabra en el lenguaje? Es la función imaginaria del falo en los animales, es la parada sexual para determinar el territorio; pero en nosotros esa palabra deviene falo simbólico; 

pero no deviene falo, en el sentido de órgano del cuerpo, sino en el narcisismo, que se revela como esa función enigmática de los elementos en punta.

Entonces el trauma es un misterio para el niño: eso que pasa en el trauma

¿cómo es que los padres mismos no se dan cuenta de que hablan? Los padres, ellos, se interesan por lo que dicen, y no por el hecho de decir.

Hay familias en las que los padres son suficientemente cultivados como para hablar diversas lenguas. Entonces, en la mesa, cuando no quieren que los niños entiendan las cuestiones de familia, dinero, política, hablan en una lengua extranjera; es completamente idiota, a los niños les importan un pepino las cuestiones del dinero, de los vecinos, la familia…a ellos les importa “quien manda”; y eso sigue en la adolescencia, incluso en la edad adulta: hay algunos que buscan siempre el derecho, la justicia, que no saben nada de derecho pero hablan todo el tiempo de derecho; eso se llama juridismo.

Quieren que las cosas sean justas, sean legales; lo que pasa es que han estado mal educados. Lo que hay que reconocer es que cuando eran 

pequeños lo que les importaba era ¿quién manda? Y que eso va a devenir esa función del poder, de la potencia, potencia sexual que Freud va a descubrir como función fálica; pero es verdad que lo descubre por el otro lado, porque lo descubre como “amenaza de castración” en sus pacientes neuróticos y perversos.

Mientras que nosotros, gracias a esa última lección de Lacan, podemos permanecer atentos al hecho de que pasa algo ahí con la incorporación, es decir con el hecho de tener dos cuerpos, lo que va a dar la sepultura también, que está ya más cerca de la escritura. La escritura que es la lengua que se divide, que son dos y es una, como ocurre con la sepultura misma que son dos cuerpos y es uno.

¿Porque los egipcios hacen momias? ¿porque todos los pueblos hacen agujeros en las vasijas que se ponen en las sepulturas? Eso indica bien, como descubrió Levi Strauss, que no es que sean primitivos, que sean idiotas; todas las vasijas están agujereadas y se muestra bien que no creen que los muertos van a resucitar, van a necesitar el agua, la comida… los recipientes están agujereados todos. Entonces, está claro, que somos nosotros los que proyectamos sobre los otros nuestros prejuicios, que nosotros estamos llenísimos de prejuicios.

Y en el psicoanálisis ¿por qué se pide a alguien, que viene a analizarse, que hable? ¿qué se hace en análisis? Se aprende a leer, uno aprende el narcisismo; porque no se puede ni amar ni trabajar, si no se sabe hablar, escribir y leer; y el tiempo interviene ahí; pero ¿cómo? El tiempo es algo que… un lingüista que consagró su carrera al verbo, que se llama Guillon, ha escrito no sobre el tiempo del verbo -el pasado, el presente, el futuro-, sino sobre el aspecto del verbo.

¿Qué es el aspecto del verbo? No se enseña en las escuelas, pero está en la gramática. Tomen la gramática española, y miren qué es el aspecto del verbo.

El aspecto del verbo es la posición del sujeto en relación con el tiempo de la acción del verbo. ¿Qué significa eso? quiere decir, por ejemplo, yo voy a hacer alguna cosa, yo querría hacer alguna cosa, empiezo a hacer algo, estoy haciendo algo, yo voy a acabar, ya acabé, se acabó; y Uds. verán, que no puede, ni amar, ni trabajar, sin enfrentarse al problema que genera el aspecto del verbo. Guillon dice que es “la paradoja de Zenón” cada vez, como Aquiles y la tortuga, en cada escansión, en cada ocasión del aspecto el sujeto tiene que dar un salto. Es necesario que Aquiles salte por sobre

la espalda de la tortuga.

¿Qué se hace cuando uno va a trabajar? Primero toma un café, se fuma un cigarro, y van pensando: mañana trabajaré; se dice siempre: mañana. ¿Qué les pasa cuando están con un ser querido, cuando están enamorados? y se preguntan

¿qué es lo que se preguntan? en qué momento me voy a atrever a cogerle la mano, en qué momento le voy a besar, en qué momento la voy a abrazar. Los dos se plantean la pregunta.

Es un problema que hace que no se lea más, porque hemos inventado un artilugio que se llama el control remoto. Es más fácil, se aprieta un botón y va. En el ordenador es más difícil, porque de entrada se aprieta un botón, pero luego aparecen los problemas: claro, hay que escribir, por lo menos si se quiere seguir; pero hay gente que se contenta con copiar: van al buscador, se bajan un montón de textos -copiar/pegar, cortar/pegar- y se hace una gran tesis sin haber leído nada. Eso es un problema, que empezó ya con las fotocopias…

¿Qué es el psicoanálisis? Es aprender a leer. Y ¿qué es la psicosis? Lacan dice que la psicosis es la forclusión. El desencadenamiento del delirio es cuando, el sujeto encuentra un significante, que él llama el “Nombre del Padre”, que no vino nunca a ese lugar; 

eso desencadena una destitución subjetiva, y en general, todo el discurso del sujeto se descompone en pedazos. ¿Qué es la palabra forclusión?

La palabra forclusión quiere decir caduco, obsoleto. ¿Qué quiere decir caduco, obsoleto, forcluido en la psicosis? y, bien, es el narcisismo. El narcisismo, en tanto, escuela de lectura; donde, los elementos en punta, que representa la palabra, la potencia, en un cuerpo que se ve en dimensión tres, si no existe el elemento en punta, es plano. El cuerpo plano es idéntico a su imagen.

Si es de dimensión tres hay una dimensión, la que es sagital, que se invierte; cuando son dos, se superponen. Cuando son tres, se oponen, y, además, de golpe, hay una inversión. Se les dice que el espejo invierte la derecha y la izquierda; es falso. El espejo invierte la mano derecha en mano izquierda, y la mano izquierda en mano derecha, eso es verdad, pero no invierte la izquierda y la derecha.

Yo me di cuenta, en un coloquio de Psicoanálisis, que alguien decía esto, decía que el espejo invierte la derecha y la izquierda, y me planteé la cuestión

¿cómo puede ser eso?! Puesto que un espejo es un cristal, una 

superficie que tiene dos dimensiones, si invirtiera la derecha y la izquierda debería invertir también el arriba y el abajo.

¿Cómo pueden imaginar uds., en física, una máquina que presenta dos dimensiones isótopas, que son perfectamente equivalentes las dos, y ¡milagro! el espejo invierte la izquierda y la derecha, y, sin embargo, no invierte el arriba y el abajo? El espejo invierte la mano derecha y la mano izquierda, porque tienen espesor, porque tienen volumen. Pero, si Uds. ponen un espejo en el suelo y se suben encima, entonces, lo que sucederá es que se invertirá otra dimensión, y Uds. tendrán la cabeza abajo de todo.

Con mis manos les revelaré el misterio de la simetría del espejo, que es real. No se puede saber qué es lo que invierte el espejo. De acuerdo, invierte la dimensión sagital, que se le ofrece; pero, si yo presento los objetos así,  si cambio de dimensión sagital, invierte otra dimensión, que es lo que pasa cuando Uds. se ponen encima del espejo. Y, si cambio otra vez la dimensión sagital, es otra dimensión la que queda invertida. Vamos a llamar a esto el teorema del espejo”: el espejo invierte una dimensión entre las tres, cuando el objeto tiene tres dimensiones, pero no podemos saber cuál. Puede ser ésta, ésa, o aquélla. Nadie puede pretender que sea una, ésta.

Eso es lo que va a añadir el narcisismo al trauma y a la incorporación; y eso se llama la Función Paterna.

Lacan dice que el Nombre del Padre es un significante banal, porque puede ser cualquiera, pero excepcional, porque juega un papel excepcional.

¿Qué es el Nombre del Padre?

Cuando yo encontré a la madre de mis hijos, hubo que negociar a propósito del Nombre del Padre: porque a mí me gustan los tomates rellenos ¡porque mi madre hace los tomates rellenos de una manera formidable! pero a ella lo que le gusta es el repollo relleno; o sea, que en cada familia hay un Nombre del Padre. En cada familia, en cada barrio, en cada ciudad, en cada país… y se está dispuesto a matar a los otros en nombre del Nombre del Padre; porque de mi Nombre del Padre, en el que me sostengo de manera absoluta, si no soy psicótico, los otros se burlan. Es la madre la que da el Nombre del Padre a los niños.

En cuanto a la clínica de la psicosis, si quieren leer una obra fundamental, no tienen sino que comprar el “Manual de etnografía” de Marcel Mauss. ¿Qué dice Marcel Mauss? Escribió un libro escolar para los 

estudiantes de etnología, y les indica… hace toda la nomenclatura de todos los lugares de la vida del cuerpo donde puede formarse un Nombre del Padre: la manera de comer, la manera de bañarse, la manera de caminar, la manera de nadar… y técnicas del cuerpo. Dentro está el onanismo, incluso, la manera de practicar el onanismo. Si uno es un etnólogo serio. Es todo lo que nos parece evidente a cada uno, pero que es distinto para los otros.

Y ¿qué le pasa al paranoico? Dice: “yo no consigo leer esto”. El psicótico adulto está detenido en la época de la incorporación; porque, lo que hace sostener el cuerpo simbólico, el lenguaje, con el cuerpo propio es lo que les permite reírse cuando escuchan un chiste. Hay que ser del barrio, de la parroquia que decía Freud, para entender el chiste; los extranjeros no entienden nada. Bergson, cuando hablaba de reír, señalaba que a un extranjero cuando está en el extranjero, todo lo que ve le hace reír, salvo las gracias.

[…] es como si, al mismo tiempo que leen, deletrearan todas las palabras.

Es un ejercicio doble.

Lacan dice que los japoneses no necesitan del psicoanálisis, que ya han llegado; no los que han devenido americanos a causa de la guerra, esos tienen que volver empezar.

Pero los japoneses de la tradición están en estado de interpretación permanente. Todo lo que oyen, todo lo que leen, son siempre diferentes cosas en cada momento, al mismo tiempo. Es lenguaje: algo que se abre y se cierra, se abre y se cierra.

El paranoico rechaza la legibilidad. Y Lacan introduce una nueva noción en la incorporación, diciendo que lo que sostiene el cuerpo con el lenguaje son los incorporales; que nombraron así los estoicos.

Ellos no se interesan por los signos lingüísticos como Saussure, que es el signo de los estoicos: significante/significado. Lacan, lo que dice, es que son los incorporales. ¿qué es?

Es eso, que ya les he dicho: lo que el extranjero no puede comprender; eso son los incorporales. Es lo que dice Lacan: “es aquello que vuelve legible al significado”; lo dice en “Radiofonía”.

Los autistas son sujetos que se fijan en el momento del trauma; no entran, incluso, en la palabra, y tienen un retraso orgánico muy fuerte. El paranoico llega a construirse, a desarrollarse, tienen un yo, incluso muy rígido; pero se fijan en el nivel de los incorporales, quieren destruir la

legibilidad.

Entonces ¿por qué pedirle al paciente que hable? –vamos a terminar con esto- para que aprenda a leer, a leer lo que dice; y ¿de qué manera? 

¿Qué es la transferencia? Freud se creía que se callaba, porque estaba en presencia de una autoridad, el padre… y que transfería esa imago, esa imagen, y no es sólo eso la transferencia.

La transferencia es hablar a alguien en unas condiciones en las que no hay ninguna regla, prohibición, ni obligación. El gabinete de una consulta es lo que diferencia con la psicoterapia. La  consulta tiene que ser completamente independiente. Es el analizante el que es responsable y el que instituye su análisis. Es el responsable de la cura; y no hay que dejarlo equivocarse sobre este punto al dejarlo entrar en análisis, porque no es un lugar de libertad.

¿Por qué, entonces, es necesaria esa ausencia de reglas? porque si no, no es psicoanálisis; porque, cuando un sujeto está en esta situación, donde puede decir todo, va a descubrir que hay cosas que cree poder decir, que querría decir, y que, sin embargo, no podrá decir, por mucha confianza que haya.

Lo que es importante en psicoanálisis, si se es serio, no es ese pedido de ayuda, no es confesarse, confesar los crímenes… no, es darse cuenta de que hay cosas que no se pueden decir, y que uno no entiende por qué. Si el paciente es honesto, es él quien va a saber qué es lo que no dice; porque, desde luego, el analista no lo puede saber. Tampoco tiene obligación de decirlo, pero lo mejor, lo más importante que tiene que aprender, es que hay cosas que él va poder decir a otros, pero que a su analista no le dirá. Y si se da cuenta de eso, descubrirá por qué; es el único que lo puede hacer, el único que puede saber qué pasó; porque eso es vivo para él, está reprimido, las teorías sexuales infantiles están ahí todavía. Porque el analista también tiene su Nombre del Padre y sus teorías sexuales infantiles; las suyas, pero no puede saber nada de las de su paciente.

No se puede analizar a alguien. Se puede analizarse, tratando de hablar con alguien y descubriendo que no se puede decir todo, que no se puede decir enteramente, pero se puede descubrir por qué.

Tarragona, 30 de Mayo de 2013

Traducción: Angeles Moltó

Establecimiento del texto: Silvia Pardines, Angeles Moltó

Angeles Molto
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