
23 Abr Evolución y lenguaje en la sexualidad infantil
“La predisposición a la neurosis obsesiva. Contribución al problema de la elección de neurosis” (1913)
“Sobre las trasposiciones de la pulsión y en particular del erotismo anal (1917) “Los caminos de la formación de síntomas” 23ª de “Conferencias de introducción al psicoanálisis” (1917)
En este momento ya mediado de su teorización de las pulsiones, en un texto eminentemente clínico 1, Freud sigue planteando:
- la pulsión como un componente de origen orgánico del aparato psíquico,
- las pulsiones surgidas por apuntalamiento en necesidades,
- y, por tanto, las neurosis causadas por cierta predisposición. Sin embargo, d ice:
- que las funciones psíquicas tienen que recorrer un largo y complejo recorrido para alcanzar “el estado característico de una persona normal”,
- y que es la dificultad de ese desarrollo lo que predispone a las neurosis.
Vemos que ha habido un cambio respecto a la posición anterior: ya no es la mayor o menor fuerza congénita de las pulsiones lo que está en la base de las neurosis, sino ese difícil recorrido que ofrece muchos puntos de fijación.
Aunque, desde luego, la prematuración no está presente en el pensamiento freudiano, este planteamiento es ya más acorde con la propuesta lacaniana, porque ahora sabemos, que es la prematuración lo que explica que el camino sea tan largo y complejo .
En este texto relaciona la aparición de cada cuadro clínico con un momento del desarrollo: la histeria en la primera infancia, la neurosis obsesiva en un 2º periodo infantil y las parafrenias en la pubertad. Pero esa observación no se condice con la hipótesis que Abraham le ha ofrecido del desarrollo del ser humano en fases evolutivas : oral, anal y genital, ni con su idea de las parafrenias como neurosis narcisísticas.
Distingue entonces entre el momento de fijación y el de aparición de los síntomas; la fijación sería:
para las parafrenias – en el narcisismo, donde el objeto se confunde todavía con el yo propio,
para las neurosis obsesivas – el estadío anal, en el que el objeto ya se ha distinguido del propio yo pero aún no se ha consumado el primado de los genitales,
y para la histeria – la última fase del desarrollo infantil.
Freud habla desde el principio de primado de los genitales en la normalidad sexual. Más allá de que después deje claro que la normalidad no existe, desde muy
1 Freud: “La predisposición a la neurosis obsesiva. Contribución al problema de la elección de neurosis” (1913)
pronto plantea que las distintas zonas erógenas van apareciendo en el desarrollo y que el cuerpo funciona como fragmentado, hasta que llega el momento de la genitalidad que se torna directiva y el placer de todas las zonas se pone al servicio de la satisfacción genital.
La diferencia entre este primado de los genitales, que va asociado a una unificación y armonización de la sexualidad, y lo que va a plantear en 1923 de primado del falo, y por tanto primado de la castración, pasó desapercibida a los psicoanalistas, por la renuncia a la armonía que implica. Sin embargo es completamente distinto, pues significa el paso de la pulsión al deseo como rector en el sexo.
Siguiendo con el texto de 1913, ha asociado la histeria con un a respuesta pasiva a una vivencia sexual traumática y la neurosis obsesiva con una repetición activa de esa vivencia, pero tanto actividad como pasividad son componentes importantes de la analidad, con lo que aparece otra dificultad para pensar el desarrollo y la psicopatología según un pensamiento evolucionista.
Es la lectura de Lacan la que nos permite encontrar en el propio discurso freudiano que el lenguaje es fundamental para el surgimiento de las pulsiones, pues son necesarias las representaciones para que ese componente orgánico entre en el aparato. Cuando hablamos de pulsión, dice Freud: “No podemos aludir sino a una moción pulsional cuya representancia de la representación (Vorstellungsrepräsentz) es inconsciente, pues otra cosa no puede considerarse .” 2
El trabajo en profundidad, a la letra, que estamos haciendo, nos está llevando a poder pensar las diferencias entre la pulsión oral y la anal, y a encontrar la especificidad del lenguaje en el funcionamiento de cada pulsión.
Aunque Freud no señal a esas diferencias entre ambas pulsiones, ellas aparecen claras a partir de la descripción que hace de cada una.
Es en los textos sobre la pulsión anal y sobre la neurosis obsesiva, donde las series significantes se hacen fundamentales .
En el texto de la trasposición de la pulsión anal 3 plantea series de significantes respecto al objeto anal y a rasgos del carácter consecuencia de una fijación en el erotismo anal.
En los rasgos del carácter: orden, ahorro y terquedad se ve bien como el erotismo anal es una cuestión de lenguaje, pues sólo porque se dice que la caca es sucia, un sujeto con un erotismo anal importante puede transformarse en limpio y ordenado, y sólo porque al respecto se habla de dar o recibir, ese sujeto puede devenir ahorrador o manirroto, y sólo porque esa pulsión surge por la demanda del Otro el sujeto será terco u obediente.
Si Freud subraya ordenado, ahorrador y terco, es porque son las características
2 Freud: “Lo inconsciente” A.E. T XIV pg. 173 (traducción corregida a partir del alemán: “Das Unbewusste” G.W., Ed. S. Fischer T.X pg. 276)
3 Freud: “Sobre las trasposiciones de la pulsión y en particular del erotismo anal (1917)
que surgen de la transformación en lo contrario de los rasgos anales.
Que el objeto es el elemento más variable de la pulsión, lo ha planteado desde los “Tres ensayos..” y la equivalencia inconsciente entre caca, regalo, dinero, lo vimos también en un texto anterior, a los que aquí añade pene e hijo. Pero lo que quiero subrayar es que aquí habla de deseo, de que en las mujeres el deseo de pene puede sustituirse por el deseo de un hijo, aunque siga siendo una noción sin desarrollar.
En esa serie, desde las heces hasta el hijo, se puede ver como el objeto anal se transforma en objeto edípico –como habíamos visto en una clase anterior: a través de la pulsión de apoderamiento que se asocia a la curiosidad – en virtud de que el pene es vivido como un objeto separable por el hecho de que puede faltar.
Tomé a continuación el 3º de los textos para ver si, hablando de formación de síntomas, planteaba el conflicto entre deseo y prohibición.
De entrada de lo que habla es de conflicto entre libido y prohibición, dejando claro que la libido a la que no se permite satisfacción queda en el Inconsciente donde las representaciones funcionan según el principio de condensación y desplazamiento, con lo que podemos asociar el síntoma al sueño, que necesita interpretación para que sea comprensible como realización de deseo.
Freud señala que el ser humano necesita satisfacer su deseo aunque sea a nivel de fantasía y que los síntomas tienen en ese sentido un papel fundamental, aunque también generen sufrimiento.
Está claro que el deseo está presente, aunque no nos diga qué es, pero Freud sigue desarrollando su concepto de pulsión que es completamente nuevo, que es su descubrimiento.
Freud sigue planteando la pulsión como innata, pero añade que, en ese largo y complejo recorrido hasta la constitución del adulto, hay vivencias totalmente contingentes a las que se deberán las fijaciones que estarán en la base de los síntomas.
En este momento empieza a haber un giro: subraya la importancia de la historia, lo que no es nuevo, pero llegando plantear que sería posible que en todos los casos de neurosis podamos encontrar la neurosis infantil que es el núcleo y germen de la neurosis adulta.
Hace una larga descripción de la importancia de la historia, y abre un paréntesis para plantear si, siendo eso así, no cabría esperar que una mejor educación pudiera evitar las neurosis.
Sabemos que él mismo más adelante responderá que su esperanza era vana, pues si las prohibiciones sexuales implican conflictos psíquicos, la falta de prohibición dejaría al sujeto sin brújula con la que orientarse.
Luego con Lacan entenderemos que partiendo de la prematuración no hay solución sin conflicto.
4 Freud: “Los caminos de la formación de síntomas” 23ª de “Conferencias de introducción al psicoanálisis” (1917)
Lo importante de lo que plantea Freud en esta conferencia, es que la neurosis infantil se organiza alrededor del Edipo y este punto sí es ya el camino hacia el giro del 23, porque no hay complejo de Edipo sin madre fálica.
A partir de este momento no habla más en este texto de pulsión pero tampoco de deseo, porque éste es un punto muy adecuado para enlazar su teoría fantasmática, las teorías sexuales infantiles: existencia del falo, amenaza de castración, escena primaria, fantasía de seducción,…
El giro hacia la primacía del falo y hacia la resignificación de las pulsiones está apenas empezado, pero se intuye .
Lo importante que podemos ver ya, que podemos leer en Freud más allá de lo que él mismo pretendía decir, es que el desarrollo se funda en el lenguaje y no en alguna evolución natural de cualquier material orgánico.
Angeles Moltó