El trabajo de los sueños - Oír

El trabajo de los sueños

La formación del inconsciente. Los sueños

Como habíamos visto, se reprimen los deseos cuya satisfacción sería displacentera para la conciencia, pero esos deseos pugnan desde lo Inconsciente por mostrarse, exigen la satisfacción que se les ha negado. Como el deseo -“ sólo el deseo y ninguna otra cosa,” 1 dice Freud – es capaz de poner en movimiento al aparato, el ser hablante construye transacciones entre los deseos prohibidos y la defensa que impide su acceso a la conciencia, son las formaciones del Inconsciente.

El gran descubrimiento freudiano es que el Inconsciente se rige por leyes, que las formaciones del Inconsciente no son producciones absurdas, y que esas leyes son las del lenguaje: condensación y desplazamiento. Lacan se da cuenta que son concretamente las del lenguaje poético,  los tropos: metáfora y metonimia.

Lacan toma la lingüística estructuralista para plantear que el lenguaje es una estructura, cuyos elementos, como en toda estructura, significan por diferencia, en referencia los unos a los otros, que el lenguaje es una combinatoria de elementos discretos; y que “el Inconsciente está estructurado como un lenguaje”, que “El Inconsciente es el discurso del Otro”.

Las huellas mnémicas, las Niederschrifften, tienen que combinarse, como los elementos de un jeroglífico, para llegar a la conciencia como un discurso de elementos discretos con una estructura que las haga descifrables; en el esquema freudiano se trata ya de percepción signo.

Por eso Lacan nos alerta de que no podemos decir simplemente que las formaciones del Inconsciente sean inconscientes, puesto que aparecen justamente en la conciencia, aunque como productos incompresibles.

Habíamos dicho que el Inconsciente se rige por el proceso primario, es decir: condensación y desplazamiento –lo que Lacan asimila con metáfora y metonimia-, y por una negación distinta de la de la lógica bivalente, con la consecuencia de no estar sometido ni al principio de identidad, ni al principio de no contradicción.

En  el  sueño  la condensación  aparece  con  claridad  en los personajes o situaciones mixtas. Freud subraya que el sueño no inventa nada, que todo lo que aparece  son  jirones de percepciones –imágenes o palabras, vistas u oídas – combinadas.

1 Freud, S.: “La interpretación de los sueños”, cap. VII, punto E: “El proceso primario y el proceso secundario. La represión” pg. 588.

Si aparece, p. ej. una persona desconocida, en la interpretación tenemos que hacer el recorrido contrario al que ha hecho el trabajo del sueño: tomar los distintos elementos del personaje hasta llegar a encontrar todos los individuos que el sueño ha mezclado para construir el personaje. Con ello aparecerán, p. ej., rasgos comunes de distintos objetos del sujeto que éste conscientemente no había reunido, o afectos hacia uno u otro de esos objetos en los que prefería no pensar, … o pueden aparecer situaciones aparentemente sin relación, de las que la 2ª es repetición de la primera, o conectadas de alguna manera por el sujeto.

Si interpretamos un elemento condensado de un sueño como una metáfora como la formula Lacan [ f (S’/ S) S’’ S (+) s ], veremos como aparece la creación de un nuevo sentido.

En el sueño de la bella carnicera “ He de renunciar a dar una cena” es la metáfora de su deseo de deseo insatisfecho. (grafo pg. 18)

En el desplazamiento lo que aparece es un elemento nimio ocupando el centro de la escena, de modo que el elemento principal pase desapercibido; o un elemento principal mostrado de forma alusiva y no directamente, o una parte por el todo.

Volvamos a la bella carnicera para el caso del desplazamiento, trabajado con la fórmula de la metonimia de Lacan [f (S…S’)  S’’ S (-)s]. El caviar es un desplazamiento del salmón; vemos como ese desplazamiento no genera un sentido suplementario.

En “ La instancia de la letra …” Lacan dice que la metonimia aparece en la diacronía de la cadena, en el dar a entender sin decir; la metonimia apunta a la verdad que se lee entre líneas. Es un modo de bordear los obstáculos para apuntar a la verdad del deseo ; del deseo que es metonimia de la falta, de la falta en ser . El ejemplo prínceps de la negación freudiana es el conocido como “no es mi madre”. Freud cuenta el sueño de un paciente con una Sra. de la que dice: Ud. preguntará quien puede ser la persona del sueño. Mi madre no es.” Freud dice que es como si el paciente dijera: “Es verdad que se me ocurrió respecto a esa persona que era mi madre; pero no tengo ningunas ganas de considerar esta ocurrencia.”

Vappereau toma ese ejemplo para decir que es como si el analizante dijera Ud. dirá que es mi madre, yo digo que no lo es”.

Lo que hace Vappereau es subrayar que el analizante utiliza en su frase dos sujetos del enunciado para sostener su discurso; pone en el analista una parte de su enunciado:Ud. dirá que es mi madre” porque no puede sostener un discurso contradictorio: “Es mi madre y no es mi madre”. El principio de no contradicción [¬(A^¬A)] lo respetamos siempre que hablamos con seriedad, porque lo contrario implica decir cualquier cosa.

2 Lacan, J.: „La instancia de la letra en el Inconsciente o la razón desde Freud” Escritos 1. Ed. Paidos.
3 Freud, S.: “Die Verneinung” G. W. T. XIV pg. 11Ed. S. Fischer.
 

Ud. dirá que es mi madre” porque no puede sostener un discurso contradictorio: “Es mi madre y no es mi madre”. El principio de no contradicción [¬(A^¬A)] lo respetamos siempre que hablamos con seriedad, porque lo contrario implica decir cualquier cosa.

El enunciado inconsciente, donde no rige la lógica clásica, sería: “no es verdad que es mi madre y no es verdad que no es mi madre”, que permite ese enunciado complejo , que respeta el principio de no contradicción sosteniendo una contradicción,  sin perder  el  rigor. Para ello hay que distinguir dos tipos de negación: “no es verdad” sería la negación clásica, y “no es” la primera negación modificada. La enunciación completa de su verdad, no es posible para el paciente, por la aparente contradicción que supone para alguien que todavía piensa con el sentido común que es el de la lógica clásica. Para que el analizante pueda sostener ese enunciado tiene que haber llegado a ser freudiano, lo que es todo un recorrido en un análisis.

Con este ejemplo vemos que también el principio de identidad [A=A] queda suspendido sin que se pierda el rigor.

La diferencia entre lapsus y chistes con los sueños, es que los primeros son producciones de discurso,  y en  cambio  el sueño son fundamentalmente percepciones; pero a lo que llamamos sueño, y que trabajamos, es el relato del sueño, por lo que además del proceso primario aplicamos también el proceso secundario para que el relato quede dicho de modo gramaticalmente correcto, con lo que se aplica una deformación más al material.

Lacan dice que no hay transmisión sino en las formaciones del Inconsciente, y concretamente en el chiste. Vappereau dice que es porque el chiste es más profano que los sueños, cuya interpretación ha sido religiosa en más de una ocasión.

Angeles Moltó

Angeles Molto
info@oirpsicoanalisis.com

Oir Praxis Psicoanalítica