
08 Jul El deseo en el sueño y en el fantasma
(“El deseo y su interpretación, Sem. 6 – clases I – V)
“La idea de que la superficie es lo superficial es errónea; otra topología es necesaria para no equivocarse en cuanto al lugar del deseo” 1
Hay aspectos del sujeto que no pueden decirse, el deseo p. ej., pero que se pueden tratar de escribir. Cada lengua son dos lenguas, porque no se escribe como se habla y viceversa.
La topología es la escritura en extensión con la que Lacan consigue escribir aspectos del sujeto que no pueden decirse.
¿Qué me quiere?

El deseo está profundamente marcado por la relación del sujeto con el significante, con un discurso que lo preexiste; sin embargo hemos visto que no hay significante del deseo.
Los procesos de la palabra que constituyen un sujeto surgen a la vez de Δ, A, D y D’. La construcción de este grafo, que nos permitirá escribir la constitución de un sujeto, nos mostrará cómo, justamente, no se trata de etapas evolutivas de un desarrollo sino de una anterioridad lógica de cada acontecimiento con el siguiente, de cómo es lógicamente necesario que determinado suceso haya ocurrido para que el siguiente sea posible.
D S es la cadena significante, por tanto la estructura del lenguaje, que incluye la sincronía en tanto todo significante se define en relación a otros. Escribe la cadena del discurso consciente.
1 Lacan, J.: “La dirección de la cura”. Escritos. pg. 581
Δ I es el recorrido de un ser hablante (Lacan lo llama parlêtre – hablanteser ) 2 desde el viviente, que era al nacer, hasta el sujeto que aceptó la ley del lenguaje. Esa I es la primera forma del Ideal del yo, la “ identificación primera al padre”, en palabras de Freud, que implica la aceptación de la ley del lenguaje. En ese recorrido encontrará primero A, el código, el Otro tesoro del significante, el encuentro con Otro que habla, de momento todopoderoso; y en s(A) encontrará el mensaje, el significado del Otro, el lugar donde el discurso tomará sentido retroactivamente. El sujeto descubrirá así que el auténtico dueño de la palabra es el que escucha. Las propias frases nos muestran como no sabemos el sentido de lo que se está diciendo hasta que parece un punto; el sentido es siempre retroactivo.
Como hemos visto, el sujeto tiene que descubrir muy pronto que habrá de hacer pasar sus necesidades por el desfiladero de la palabra, convirtiéndolas en demandas, si quiere lograr alguna satisfacción; que el Otro responde también con una demanda, estando, por tanto, también faltado, y finalmente, que, incluso, el propio lenguaje está faltado.
En este momento necesitamos ampliar el grafo, reduplicamos el piso inferior.
D’ S’ es la cadena significante cuando todo lo anterior ya ha ocurrido; cuando el código no puede estar constituido sino por demandas, por demandas en su relación con el sujeto [lugar de la pulsión ($<>D)], y la respuesta del Otro implica que está faltado S( A). Escribe la cadena del discurso inconsciente.
($<>D) – De la pulsión hemos hablado mucho este curso, es un concepto ampliamente trabajado por Freud; no voy a insistir ahora .
S(A) – Es el lugar de la angustia por la falta en el Otro, es el momento de máximo desamparo. En castellano este término permite una resonancia de “ falta de padre” que no tiene el término alemán Hilflosigkeit (sin ayuda, sin recursos) y que enriquece el concepto.
En este mismo punto surge el deseo del Otro, en el que el sujeto encontrará el molde para construir su propio deseo, primera defensa contra la angustia.
El neurótico confunde los dos acontecimientos que ocurren en el mismo punto y ese es uno de los motivos para su temor al deseo del Otro.
En el grafo el recorrido parte desde la pulsión a la falta en el Otro, necesaria para que sea posible el deseo del Otro, pero luego es necesaria la vuelta otra vez a la pulsión, y sólo entonces podemos articular el deseo; que, en otro orden de cosas, queda en el camino entre el código y la pulsión.
Cada rasgo de escritura puede ser tomado en cuenta para ver qué podemos hacer surgir de ahí ; p. ej. si las líneas son punteadas o no , será por algo.
Si continuamos el recorrido del deseo al fantasma, donde se sostiene el deseo, y otra vez a la falta, circunscribimos una superficie que escribe el Inconsciente.
A s(A) es el vector que escribe la experiencia especular en la que se constituye el sujeto con su yo. La imagen del espejo produce una tensión erótica en el
2 Vappereau prefiere escribir parlletre: habla-letra, que remite a dos formas de lalengua: hablar y escribir
sujeto. El yo es objeto de identificación y objeto erótico al mismo tiempo, y lugar de desconocimiento en cuanto el sujeto se cree ser ese, confunde un objeto con el sujeto. Como hemos visto, ahí se constituyen las identificaciones del yo ideal y del Ideal del yo, la primera puramente imaginaria y la segunda donde imaginario y simbólico están articulados.
La identificación con el Ideal del yo en la experiencia especular, que resignifica la identificación primera y son más o menos contemporáneas, es la que empuja al sujeto al dominio de su cuerpo, a aprender a caminar.
Ese dominio de su cuerpo proporciona al sujeto una defensa contra el desamparo, se defiende de su desamparo como sujeto con su yo; y a la vez la relación entre el yo “ m” y el otro “ i(a)” le permite cierta distancia respecto al Otro. La relación con el otro es más flexible que la experiencia especular, el otro no es una pura imagen, sin un sujeto que habla, que le posibilita una identificación con una posición de dominio.
Este vector del piso inferior termina en el significado del Otro s(A), donde Lacan situará el síntoma. Sólo lo dejo dicho, no vamos a entrar ahí ahora.
Este vector se superpone con el que va desde ($<>D) hasta S( A), pasando por el deseo y el fantasma que se superponen con “ m” e “ i(a)”. Vuelvo a insistir en este momento en la importancia de lo imaginario, que había quedado como algo negligible entre algunos lacanianos.
Hablando de la realización del deseo en el sueño, habíamos visto que Lacan plantea que si algo se satisface en un deseo es ser, ser un deseo, pero que no hay nada de sustancial en ese ser.
El francés permite un juego de palabras, una homofonía ( l’être y lettre ) que permite a Lacan decir que hay que tomar el ser al pie de la letra.
A esto se refiere Vappereau cuando dice que Freud hizo algo con el idioma alemán y Lacan con el francés.
Ese trabajo también es posible en castellano, como hemos visto hoy con la palabra desamparo, p. ej. No tenemos ya un Freud o un Lacan y no los tendremos porque el psicoanálisis ya está descubierto por uno y fundado por el otro; ahora ya no se trata de un trabajo individual sino de trabajar en red para hacer avanzar la teoría.
En los textos de Soto hay algún ejemplo de este trabajo sobre el castellano (ya lo rescataremos), y hay frases francesas que se usan sin traducir hasta que encontremos un buena manera de decirlo en castellano, p. ej.: “ lo que un hombre puede hacer por una mujer es lui rendre sa solitude partenaire”
La relación de un sujeto con el objeto de su deseo es exactamente la fórmula del fantasma ($<>a). Por tanto “ te deseo” es “ te implico en mi fantasma ” .
Es trabajando el fantasma como podremos llegar al deseo propiamente dicho, mejor que a través del sueño, donde dice Lacan que encontramos más lo que sería un anhelo que ese deseo propiamente dicho .
Lo que no significa que el trabajo de los sueños deje de ser una pieza fundamental en cualquier análisis .
Un sueño es una metáfora, y en el análisis de las metáforas, de las formaciones del Inconsciente, siempre encontraremos significaciones nuevas que irán componiendo la
selva de las fantasías del sujeto, la colección de sus anhelos.
Si eres el objeto de mi deseo, dice Lacan, es porque eres el común denominador de mis deseos. Evidentemente esos deseos, en plural, son los anhelos que irán apareciendo en las fantasías del sujeto. De ese trabajo iremos decantando el fantasma fundamental y circunscribiendo el objeto que vendrá a ocupar el lugar del objeto causa.
Por otro lado siempre aparecerán, en esos significantes que retornan de lo reprimido, algunas letritas que escaparán a la interpretación y que hay que ir guardando para reescribir mejor el objeto.
Vappereau hace un esquema, que toma de Lacan de “Lituratierra” que les ayudará a empezar a entender este proceso. De momento no pondré nada más que la estructura mínima de este grafo para que se vayan haciendo con esta escritura.

Angeles Moltó