
26 Abr El complejo de Edipo
El complejo de Edipo en el niño y la niña
A pesar de que la noción “ complejo de Edipo ” está presente en los textos de Freud desde muy pronto, no teoriza este nudo de la constitución del sujeto hasta muy avanzada su obra.
Pienso que mientras no descubrió la primacía del falo resignificando las pulsiones en 1923, le faltaba este elemento para poder conceptualizar este complejo.
Vappereau señala que Freud corrige y anota su texto “ Tres ensayos sobre teoría sexual” hasta 1922 en que se detiene y cambia de registro, para escribir “ La organización genital infantil” en 1923. Hay un cambio en la concepción de la sexualidad infantil entre un texto y otro; en el primero la sexualidad está centrada en las pulsiones, en el segundo plantea la primacía del falo, que Lacan lee como resignificación fálica de la libido. Según Vappereau el cambio es tan importante, que propone dejar el término sexualidad para referirse a lo pulsional y utilizar el término sexuación para hablar de la sexualidad regida por la primacía fálica .
Freud escribe dos textos fundamentales sobre el complejo de Edipo:
– “ El sepultamiento del complejo de Edipo” o “ La disolución …” o “El final… ” , según la traducción , en 1924.
El término usado por Freud para referirse al final de este conflicto es “ Untergang”, que es literalmente hundimiento, y una traducción que me parece menos confundente por menos radical.
Utiliza para nombrar este proceso: Untergang (hundimiento, final) y zugrunde gehen (sucumbir, perecer); y aclara que no basta con la represión, generadora de la neurosis, para “resolver” el complejo de Edipo, que es necesaria una cancelación.
Pero al final de su obra, sobre todo en “Análisis terminable e interminable” dice que no hay “normalidad”(fruto de un complejo de Edipo resuelto), con lo que la cancelación resulta cuestionada por él mismo. Luego, Lacan, continuando con ese cuestionamiento, juega con la traducción francesa (igual que alguna versión española): disolución y lo llama dit-solution, puesto que nunca se disuelve sin dejar rastro.
En este texto Freud trabaja fundamentalmente el Edipo masculino .
– El segundo texto es “ Algunas consecuencias psíquicas de la diferencia sexual anatómica” de 1925.
En este trata fundamentalmente del Edipo femenino.
No es verdad que la anatomía es el destino y no es verdad que la anatomía no es el destino. Se nace macho o hembra (salvo problemas genéticos severos) y ello tiene consecuencias, aunque luego cada uno tendrá que elegir su identificación sexual:
masculina o femenina .
Ello da cuatro posibilidades identificatorias, al correlacionar los dos destinos anatómicos con las dos identificaciones, [que además, a partir de Lacan, podremos leer en distintos registros (las diferencias entre homosexualidad, travestismo y transexualidad , p.ej.)], que a su vez elegirán un objeto sexual masculino o femenino (también en cuerpos macho o hembra); esto hace posible que John Lydon, cantante de los Sex Pistols, diga que él es lesbiana: que su identificación es femenina y su objeto: las mujeres .
Este recorrido se hace a través del complejo de Edipo, cuyo final, si ocurre, es la asunción de la castración para ambos sexos, aunque por recorridos diferentes, lo que hace que no haya complejo de Electra, porque no son procesos simétricos.
Para ambos es la visión de la diferencia anatómica lo que pone en marcha el proceso. Diferencia que en Lacan y Vappereau ya ha sido esencial en el “Estadío del espejo”
El primer objeto amoroso es la madre , también para ambos.
Edipo masculino en Freud
1. El niño, frente al genital de una niña, ve la diferencia, y razona como muestra Vappereau en “ Juanito”: “ Mi hermanita es mi hermanita si, y sólo si, tiene un hace-pipí.”
La primera reacción es negar lo que ha visto, no lo puede creer.
Esa mecanismo de negación se convierte en renegación, si queda fijado, si se instala un “ no vi lo que vi”, que es la defensa estructural de la perversión.
Si, por el contrario, el sujeto acaba aceptando la diferencia:
2. Aparece amenaza de castración :
Si ese otro no tiene, ¿qué le ha pasado? ¿quién se lo ha quitado?
Como ya sabe de la prohibición de la masturbación, piensa que debe haber sido castigado por ese motivo.
Como también se siente culpable de la rivalidad con el padre , encuentra ahí otro motivo para sentirse amenazado.
La respuesta a esa amenaza, querer preservar su órgano, será motivo suficiente para renunciar a la masturbación, y a la madre como objeto libidinal. En este punto empieza para el niño la declinación del complejo de Edipo.
El primer motivo que da Freud para el “hundimiento” del complejo de Edipo es la frustración, la falta de satisfacción al no verse correspondidos como esperan; luego se da cuenta que en el varón es la amenaza de castración lo que lo lleva a la renuncia a la madre, y la frustración queda sólo para la renuncia al padre de la niña.
3. Cuando descubre que la castración femenina no es contingente, que también la madre está castrada, los humanos quedan divididos para él en dos grupos: los fálicos y los castrados , los que valen y los que no valen. Esta es la castración eficaz precisamente por ser un fenómeno necesario, estructural .
La fijación en este punto, sea en un desprecio de lo femenino que lo ayuda a renunciar a la madre, sea en la caballerosidad –que en realidad esconde lo mismo -, está en el origen de muchos síntomas neuróticos.
También, dado ese menosprecio, el machismo masculino surge de una fijación en este momento de la resolución del conflicto edípico. Es un síntoma que ninguna legislación resolverá.
4. Si el pequeño sujeto puede dar un paso más y aceptar la decepción de que no puede competir con su padre; si, aun conservando su órgano, acepta la Ley de que no es para usarlo donde quería…
descubrirá que el pene es la forma masculina de la castración, que pene no es igual a falo, aceptará la diferencia entre hombres y mujeres, e identificándose con su padre podrá buscar un objeto libidinal no prohibido.
Edipo femenino en Freud
- La niña, frente al genital masculino, ve la diferencia y sabe que no lo tiene y lo quiere; puede mantener un tiempo el deseo de que le crezca, pero lo que Freud plantea es que más pronto que tarde aparecerá la envidia del pene, que produce un segundo tiempo en que se abren tres respuestas posibles:
2-
a. mantener el “ ya crecerá” , acompañado de comportamientos varoniles : es el complejo de masculinidad .
b. pensar que está castrada, que ha sido castigada por sus comportamientos masturbatorios.
El complejo de inferioridad que se sigue de pensarse castrada la lleva al rechazo de la sexualidad: si ella va a ser inferior en este aspecto, no quiere saber nada con el sexo.
c. el descubrimiento de la castración de la madre. Esta es la única posibilidad que no detiene el desarrollo del complejo edípico en la niña .
Como en el niño, el descubrimiento de la castración materna, la que no tiene remedio y por eso mismo es eficaz, produce menosprecio hacia lo femenino y machismo, el machismo femenino, tan extendido como el de los hombres .
Pero en la niña no se produce pena sino rechazo, el rechazo radical de la madre, de esa que aparece como culpable de la situación de la niña; en el momento del descubrimiento de la castración materna, la anatomía es el destino –irremediable, inexorable, definitivo -, para la niña es un momento de máximo dolor.
3- Sin embargo, por ese camino y a ese precio, la niña entra en el complejo de Edipo propiamente femenino :
Desde el rechazo, renuncia a la madre como objeto libidinal, pero para cambiar de objeto, para acercarse al padre a pedirle lo que su madre le negó .
En vista de que tampoco el padre accede a su demanda de pene, la niña hace una ecuación simbólica: pene – bebé.
Habiendo descubierto que las mujeres no tienen pene pero pueden tener bebés, cambia también de zona erógena: del clítoris a la vagina, para esperar un bebé del padre.
Finalmente, dice Freud, ha llegado a una posición femenina, aunque sigue ligada al padre. Al no contar con el complejo de castración para salir del Edipo, como el varón, a la niña le espera una salida larga basada en la frustración: con el tiempo tendrá que aceptar que el padre tampoco le da un hijo.
Lo que Freud plantea es que como consecuencia del modo en que salen del Edipo: la relación con la ley es más estricta en los hombres , y en cambio, las mujeres, como consecuencia de esa salida por la frustración, tienen una relación más lábil con la ley , lo que les permitirá ser la sede de la erotización de sus hijos en la maternidad .
Como vemos, la salida femenina en Freud no es tal, pues queda confundida la femineidad con la maternidad.
En cambio, el planteamiento freudiano no es misógino, que es la crítica mayor que se ha hecho, porque Freud no confunde pene y falo, como lo demuestra el que ambos tengan que renunciar al falo: el niño tiene, precisamente, que distinguirlos, y renunciar al segundo, pero la niña también tiene que renunciar al falo, a pesar de no tener pene.
Revisión del Edipo en Lacan
Lacan hace una 1ª revisión del complejo de Edipo freudiano en el Sem. 5: “ Las formaciones del Inconsciente”, a partir de los tres registros : Real, Simbólico e Imaginario, y centrándose en el complejo de castración .
Posteriores revisiones llevan hasta las fórmulas de la sexuación. Hoy veremos sólo la primera.
Asocia una operación a cada uno de los tres registros:
1 – La privación es una operación real, efectuada por un agente imaginario: un padre omnipotente, respecto a un objeto simbólico: Φ.
En un primer momento, tanto para el niño como para la niña, se trata de ser el falo de la madre.
- El padre, portador del falo, omnipotente para el niño, no le permite esa posición, y así priva a la madre de su objeto fálico: un hijo que la completa; la castra de algo que en realidad no tiene: Φ
- El niño, privado de su identificación al objeto de la madre, tiene que aceptar simbolizar, hacer significante, esa privación.
El niño que no acepta esta renuncia, queda identificado al falo, sometido a la madre, sin otro recurso que identificaciones perversas .
2. La frustración es una operación imaginaria efectuada por un agente simbólico: el padre en tanto la madre respeta su palabra, sobre un objeto real: el cuerpo de la madre.
- En este momento la cuestión es tener o no tener el falo, en tanto, constituido en símbolo, nadie lo es.
El padre, en tanto tiene, es pareja de la madre y puede prohibir la pareja madre– hijo: instaura la Ley de la prohibición del incesto .
- La madre, en tanto respeta la palabra del padre, deviene simbólica, y si el niño se exhibe teniendo, puede bastarse para mostrarle que eso es insuficiente .
- A partir de ahí, el niño tiene pero no lo puede usar: el pene es la forma masculina de la castración, y la niña entra en la dialéctica simbólica del tener o no, en tanto no tiene.
Para la niña, la castración de la madre genera 1º reproche y luego viraje al padre
3. La castración es una operación simbólica, efectuada por un agente real: el padre en tanto detenta el falo deseado por la madre, sobre un objeto imaginario : – φ
- El padre deviene significante, su palabra representa la ley en tanto él también se somete a ella; la madre lo fundamenta como mediador con lo que hay más allá de la ley de ella : la Ley.
- El padre, en tanto tiene, puede darle a la madre lo que desea, y en ese sentido es un padre potente; pero no omnipotente, por cuanto renunció a su vez a su propia madre.
- Eso permite al niño la identificación al padre y salir del Edipo con su potencia para el futuro en el bolsillo.
Para la niña, dice Lacan, también la situación está clara: sabe dónde está, que es el hombre el que lo posee, y no tiene más que ir a buscarlo.
Pienso que, de todos modos, la salida femenina es más larga: que será en la adolescencia, cuando encuentre el deseo de los que lo poseen, cuando pueda tomar una posición femenina y salir de su Edipo sin necesidad de recurrir a la maternidad.
En cualquier caso, no hay que olvidar que hablamos de recorridos ideales, que lo habitual es que ya los tiempos anteriores al Edipo hayan dejado conflictos a medio resolver, y que el propio complejo de Edipo sólo se resuelva a la pata -cojeando; y que, en el mejor de los casos, llegaremos hasta donde cada cual decida: análisis mediante.
Angeles Moltó