
15 Jul El ataque histérico
Freud se separa de Charcot porque éste consideraba los factores hereditarios como única etiología de la histeria.
Al principio la histeria traumática le es de gran utilidad porque revela fácilmente su origen bajo hipnosis. Su descubrimiento es que también la histeria normal es traumática, en este caso el trauma es psíquico. Sólo después de conceptualizar el narcisismo descubrirá que la estructura de la neurosis traumática es distinta.
Freud, S.: «La Etiología de la histeria»(1896) SR T XII,; AE T 3, BN T I
El trauma psíquico acaba siendo siempre sexual “todos los investigadores han atribuido cierta significatividad a los factores sexuales en la etiología de las neurosis” Añade que aquellos a los que estos factores provoquen cosquillas en vez de interés científico, se mantengan al margen de este trabajo, pero también de la crítica.
La etiología sexual le permite distinguir en ese momento las neurosis actuales de las psiconeurosis y estas entre sí, mucho mejor que ese empeño en que la causa estaría en el cansancio producido por trabajos normales, “accesibles a cualquier cerebro civilizado”.
La etiología eficiente en las psiconeurosis está en vivencias sexuales de la infancia. Los niños son capaces de todas las operaciones sexuales psíquicas y de muchas somáticas. Los recuerdos de esa vivencias, después del refuerzo en la pubertad de los impulsos libidinosos, genera retroactivamente reacciones psíquicas anormales: los síntomas. Sin embargo aún consideraba la sexualidad infantil como dependiente de la seducción por un adulto; será sólo al año siguiente cuando abandone esta teoría , y en los “Tres ensayos”, recién en una nota de 1915, dará carta de ciudadanía a su teoría sexual infantil.
Freud, S.: «Apreciaciones generales sobre el ataque histérico»(1908), AE T 9, BN T I
Los ataque histéricos son otra cosa que fantasías escenificadas proyectadas sobre la motilidad. Este sería el único sentido en el que se podría decir que la histérica hace teatro. La verdad tiene estructura de ficción.
Fantasías inconscientes de la misma índole de las que encontramos en los sueños diurnos o en la interpretación de los nocturnos. A menudo encontramos la misma fantasía expresada por las dos vías, en ambos casos desfigurada de manera análoga bajo el influjo de la censura. Por tanto requerirá elaboración interpretativa.
Los ataques son incomprensibles de entrada porque:
1.Pueden ser condensación de varias fantasías, incluso de índole muy diversa o pertenecientes a épocas muy distintas (una infantil y otra adolescente sería el caso tipo). Pacientes con facilidad para la condensación se ciñen a una sola forma de ataque para todo.
2. identificación múltiple, representar más de un personaje (ej. freudiano: levantar y bajar la falda “Fantasías histéricas y su relación con la bisexualidad” 1908).
3. trastorno antagónico de las inervaciones
4. O invertir la secuencia temporal de la escena.
El complejo reprimido consta de un contenido de representación y de una investidura libidinal. Por tanto el ataque puede ser convocado:
1. Asociativamente – cuando se anuda una vivencia consciente al contenido del complejo.
2. Orgánicamente – cuando, por razones somáticas internas y por un influjo psíquico exterior, la investidura libidinal supera cierta medida.
3. Al servicio de la tendencia primaria, como un refugio en la enfermedad,
cuando la realidad se vuelve demasiado dolorosa.
4. Al servicio de la tendencia secundaria, cuando la producción del ataque procura algún beneficio al enfermo.
El ataque es el sustituto de una satisfacción autoerótica infantil. Etapas:
1. descubrimiento de la satisfacción autoerótica sin contenido de representación
2. a ella se engarza una fantasía que se convierte en el desencadenante de la acción – satisfacción
3. renuncia a la acción, conservando la fantasía
4. represión de la fantasía que luego se abre paso en el ataque
5. que devuelve la acción – satisfacción desfigurada
Las ausencias provienen de la pasajera pero inequívoca privación de consciencia que se registra en la cima de la satisfacción sexual intensa.
La enuresis es compatible con el diagnóstico de ataque histérico.
El camino que sigue la libido reprimida hacia la descarga motriz en el ataque es tomado del mecanismo reflejo de la acción del coito. Los antiguos decían que el coito es una pequeña epilepsia, para Freud es al revés: el ataque convulsivo epiléptico es un equivalente del coito; por tanto la analogía del ataque histérico con el epiléptico, dice Freud, nos sirve de poco, pues entendemos su génesis aún menos que la de la histeria.
Angeles Moltó