Bacherlard

Bachelard

Bachelard (1884-1962)

La Formación Del Espíritu Científico

Empirismo y Racionalismo

Tornar geométrica la representación es dibujar los fenómenos y ordenar en serie los acontecimientos decisivos de una experiencia. Esa es la primera tarea en la que se funda el espíritu científico. Así se llega a la cantidad representada, a mitad de camino entre lo concreto y lo abstracto, conciliando matemáticas y experiencia, leyes y hechos.

La tarea de geometrización cartesiana termina por mostrarse insuficiente y hay que trabajar en otro espacio que el sensible; un impulso que va de lo geométrico a la pura abstracción. El matematismo no es descriptivo sino formativo, no se busca el cómo fenomenológico sino el porqué matemático.

Subrayamos el carácter discursivo de la coherencia abstracta.

 

Bachelard establece 3 periodos en el desarrollo del espíritu científico:

 

-estado precientífico, desde la antigüedad al S.XVII, caracterizado por el saber de la percepción considerada exacta, de la erudición, de la explicación sustancialista, del animismo.

-estado científico, S. XVIII, XIX, y XX, cuyo saber se fundamenta en la abstracción inspirada en las objeciones de la razón.

-nuevo espíritu científico, a partir de Einstein.

 

El saber precientífico es el saber del sentido común y de los prejuicios; por tanto, cuando actualmente se sigue confundiendo experiencia y experimento, erudición y saber, y naturaleza y objeto de la ciencia, se sigue pensando de acuerdo al estado precientífico.

Bachelard plantea que dicho espíritu científico necesita 3 estados para generarse:

 

-estado concreto, fundado en las imágenes del fenómeno, apoyado en la glorificación de la naturaleza.

-estado concreto-abstracto, en el que se adjuntan a la experiencia física esquemas geométricos. El espíritu se mantiene todavía en una situación paradójica: está tanto más seguro de su abstracción cuanto más claramente esta abstracción está representada por una intuición sensible.

-estado abstracto, en el que el espíritu emprende informaciones voluntariamente sustraídas a la intuición del espacio real, voluntariamente desligadas de la experiencia inmediata y hasta polemizando con la realidad básica siempre informe.

La opinión no piensa, traduce las necesidades en conocimientos. El espíritu científico impide opinar sobre lo que no se comprende. El conocimiento científico es siempre una respuesta a una pregunta; si no hubo pregunta, la respuesta no corresponde al conocimiento científico.

 

La observación básica es siempre un obstáculo para la ciencia. Entre observación y experimentación no hay continuidad sino ruptura. La experimentación implica una pregunta, y una teoría que sustenta esa pregunta. La teoría que sustenta la observación es el sentido común; no hay observación ateórica.

El utilitarismo, el pragmatismo, el naturalismo, y el sustancialismo son prejuicios que detienen la investigación científica en lugar de promoverla. Las necesidades y los prejuicios implican siempre juicios de valor, se basan en razones inconscientes, no científicas, por eso nos cuesta tanto renunciar a ellas.

 

La física no es una ciencia de la naturaleza; ya no lo es. Es precientífico pretender que un producto natural es mejor que el artificial, por ser natural.

 

El realismo simple y el empirismo se presentan como doctrinas fáciles,  pero no son  más que el refugio para la pereza mental. Decir que un hecho es un hecho es vedarse la investigación de una ley. Basta después ponerle un nombre de raíz griega para que un pleonasmo pase por un concepto científico.

Será menester deformar los conceptos primitivos, estudiar las condiciones  de aplicación de esos conceptos, e incorporar las condiciones de aplicación del concepto en el sentido mismo del concepto. Ahí reside una sólida unión entre experiencia y razón.

 

La ciencia realiza sus objetos, no los encuentra jamás ya hechos.

 

Angeles Moltó

 
Angeles Molto
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