Demanda y deseo. El toro - Oír

Demanda y deseo. El toro.

Topología de superficies 

Como dijimos la clase pasada, Lacan pasa de los grafos, que utiliza desde el seminario del Yo 1, a las superficies, con las que empieza en el seminario de la Identificación. 2

Las superficies topológicas que utiliza Lacan se componen a partir  de triángulos, de acuerdo a unas leyes de composición, pues sin constricciones no hay teoría:

  • En cada arista no pueden componerse más de dos triángulos
  • Las aristas de composición se pueden borrar, o no, dependiendo de la orientación de los componentes:
    • cuando coincide la orientación: los vectores de la composición tienen direcciones contrarias y se anulan, el  borde  desaparece, se  constituye en frontera;
    • cuando la orientación es distinta: los vectores de la  composición  tienen la misma dirección, y permanece un borde que consiste.

Los topólogos no habían dado importancia a la diferencia  entre  frontera  y borde que consiste, es Lacan quien señala esa diferencia; y  Vappereau  dice que esa es una aportación a la geometría, que es posible porque Lacan se implica en lo que hace.

Cuando una superficie es orientada tiene dos caras, una dextrógira y otra levógira; representamos la orientación coloreando la  superficie, una  de cada  color, y vemos que se trata es un objeto tridimensional; cuando la superficie no  es  orientada las dos caras son idénticas, no son distinguibles, son una, luego es  un objeto bidimensional.

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Vemos, pues, la  importancia  de los bordes ; los grafos son bordes. Si quitamos el borde que consiste, le quitamos la orientación a la superficie; entonces  la dibujaríamos  toda  azul  para  señalar  que  no   está  orientada. 3 Para recuperar 

1 Lacan, J.: “El seminario, Libro 2, El yo en la teoría de Freud y en la técnica psicoanalítica” 1954/5 Ed. Paidos
2 Lacan, J.: “El seminario, Libro 9, La identificación” 1961/2. Inédito
3 Vappereau usa siempre estos tres colores para indicar dos caras o una sola, de modo que lo convierte en un modo de escritura

la orientación tendríamos que cortar para reordenar la superficie; y aquí tenemos la importancia de los cortes .

Lacan  dice en “Posición  del Inconsciente” 4  que el Inconsciente es un lugar que se cierra cuando se llega, que para  entrar  hay que llamar  desde dentro; Vappereau dice que para entender esto hay que entender la teoría del borde.

Por otro lado, cuando Lacan dice que una interpretación es un corte, o que el corte del final de la sesión es una interpretación,  hay  que  recordar  que  también dice que el sujeto es una superficie, y que por tanto la interpretación  produce cambios en el sujeto, que la  topología  permite  pensar  adecuadamente, porque es una escritura flexible, cercana a la palabra. La topología  de  superficies  es  una lengua de lo continuo, y el Psicoanálisis se ocupa de lo discontinuo, por eso son importantes los cortes.

Hay 4 superficies que no tienen bordes: la esfera, el toro, el plano proyectivo y la botella de Klein.

Luego los bordes reaparecerán en los cortes.

La esfera es la figura que ya utilizamos para los esquemas, el toro es lo que vamos a trabajar hoy, el plano proyectivo y la botella de Klein son figuras irrepresentables en tres dimensiones, los matemáticos operan con ella  utilizando  la  fórmula,  en  “intensión”.

Lo que son posibles para el plano proyectivo y la botella de Klein son presentaciones que surgen haciendo algo un poco parecido a una trampa, porque es algo así como usar una  arista más de una vez, pero con constricciones, no de cualquier manera. Esas dos presentaciones son la botella de Klein y  el  Cros -cap, objetos  cuatridimensionales que se pueden inmergir en el espacio tridimensional, pero la sumersión no es posible.

La sumersión es la representación de un objeto  en  un  espacio, de  modo  que cada punto del modelo corresponda a un elemento del objeto,  que  donde  hay  un cruce   se   respete  la presentación de  los   dos   puntos. La  inmersión es cuando un cruce queda convertido en un solo punto;  ese  punto  de  singularidad  –como  la  línea  de  inmersión del Croscap- forma parte de un circuito, tiene unas normas de  pasaje,  hay  que respetar el circuito, para  que siga siendo un modelo al menos, ya  que no puede ser una representación.

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En esta superficie, p. ej., al llegar al cruce hay que seguir recto, no se puede girar y volver por el otro lado del mismo triángulo, porque no son  dos triángulos, 

4 Lacan, J.: “Escritos 2. Posición del Inconsciente” 1964 Ed. Siglo XXI

sino una cinta con una torsión.

Si coloreamos las superficies, vemos que se trata de una superficie orientada, que se trata de un objeto tridimensional que en la presentación ha perdido una dimensión.

El problema de la botella de Klein  y  del Cros-cap  es  que son  presentaciones de un objeto cuatridimensional, que parecen tener tres.

A partir del Toro se puede encontrar la Banda de Moebius, que es una figura muy trabajada por Lacan. Se pasa del Toro a la Banda, haciéndole al Toro un corte  en 8 interior

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El 8 interior es el primer nudo que usa Lacan; los  nudos  son  objetos topológicos de tres dimensiones cuyo desarrollo se le  hará  necesario  en  un momento muy posterior.

 

Antes Lacan había hecho otros cortes en el Toro, pero que no generaban una Banda, por ej. el giro transversal con el que Lacan escribe la demanda.

El Toro y la Banda son objetos bidimensionales que se sumergen bien en un espacio tridimensional para ser representados, es  decir  que  la  representación  es una buena escritura del objeto, una escritura no “engañosa”.

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El Toro

En el seminario de la Identificación Lacan critica la significancia de la esfera, como ha hecho otras veces, pero esta vez es para introducir el Toro, la moldura.

El Toro es una superficie, lo que cuenta es estrictamente la  superficie, aunque en la representación en el espacio tridimensional parezca un objeto tridimensional.

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5 Lacan, J.: “El seminario, Libro 9, La identificación”. Clase del 7. 3. 62 Inédito

Si le hacemos un corte transversal, como el que hemos marcado en  azul, el  Toro aparece como un cilindro, un tubo.

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Si luego al tubo le hacemos un corte longitudinal, el  marcado  en  verde, el  Toro se nos presenta como la superficie que es.

Una sola vuelta de la demanda corta el Toro convirtiéndolo en un tubo, como hemos visto, pero basta que haya 2 para que se inicie la serie de vueltas, que al cerrarse hace aparecer una vuelta que engloba el agujero, la vuelta no contada del deseo. El punto de cierre es equivalente a esa vuelta que engloba el agujero.

Las vueltas de la demanda ciernen de alguna manera el objeto a.

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Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.

Si la enunciación se mantiene en cada una de las vueltas, en  la  repetición  de este 1, aparece la repetición unaria, el automatismo  de repetición, que hace  que lo que vuelve sea lo que caracteriza  al sujeto en  su  relación  con  el significante. “Este 1, dice Lacan, que distingue cada repetición en su diferencia absoluta, no llega al sujeto  (…)  sino  de una experiencia constituida por la existencia, antes de su nacimiento, del universo de discurso; por la necesidad lógica, que supone esta experiencia, del lugar del Otro.”

“Aquí el sujeto conquista lo esencial, lo que llamé dimensión,  que  es  función radical   de   su propia referencia en su estructura, pues, aunque

6 Lacan, J.: “El seminario, Libro 9, La identificación”. Clase del 7. 3. 62 Inédito

metafóricamente, no es sin pretender alcanzar en esa metáfora la estructura misma  de la  cosa; llamamos estructura de Toro  a  esta dimensión” dice Lacan.

La demanda, pues, se dirige al Otro, e insiste, por un lado, porque apunta a un goce que el significante hace imposible (lo que Lacan llamó en el seminario 4: frustración de goce), y en el Toro vemos que el conjunto de las demandas llegan a circunscribir el lugar del objeto metonímico, a,  sin  jamás  llegar  a  alcanzarlo.  Ese goce, sin embargo, gracias a  la  castración  podrá   “ser  alcanzado  en  la  escala invertida de la Ley del deseo”. Por otro lado la  demanda  insiste  porque  pide un amor incondicional, una prueba de  amor, también  imposible  (también  en  el seminario 4: frustración de amor).

En el punto de cierre aparece la vuelta de más que representa al deseo, articulado pero inarticulable (el deseo no es un  significante  y  por tanto  no  puede ser dicho, sólo puede ser leído entre líneas en la demanda), que permite cierta recuperación de goce, pero que hace que  el  sujeto  se  equivoque necesariamente en la cuenta. Ahí reaparece el -1 inconsciente en su función constitutiva, el  que habíamos visto en la privación.

Si volvemos a cortar el Toro de modo que resulte  un rectángulo vemos bien  que el punto de cierre es una vuelta.

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Si enrollamos el rectángulo y lo cosemos en forma de tubo, el  inicio  del segmento rojo coincidirá con D’ 1 y el final con D 5, si luego cosemos el tubo para 

7 Lacan, J.: “El seminario, Libro 9, La identificación”. Clase del 14. 3. 62 Inédito
8 Lacan, J.: “El seminario, Libro 4, Las relaciones de objeto”. Ed. Paidos
9 Lacan, J.: “Escritos 2. Subversión del sujeto y dialéctica del deseo en el Inconsciente freudiano” pg. 807 1960 Ed. Siglo XXI 12ª edición

rehacer el Toro veremos que D’ 1 coincide con D 5, que el  punto de cierre  es  una vuelta más; esa vuelta que no está pero está, esa es la vuelta del deseo, articulado pero no articulable, que no se puede decir directamente, y por eso  no  aparece inscrita en el Toro.

En el seminario de la identificación 10 Lacan articula en el Toro  el  deseo  del sujeto y el deseo del Otro, para mostrar que constituyen una intersección, que comparten el objeto, que el deseo es el deseo del Otro.

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Así, dice, la intersección de los dos circuitos del deseo “darán la definición, la medida de la a minúscula como objeto del deseo.” Lo  llamativo es  que esa  medida de a” excede el tamaño del agujero central que es su lugar, pero así aparece en las distintas versiones del seminario de que dispongo; y Lacan no da más explicación. “Por otra parte, dice, (…) es en el radio [de la vuelta del deseo] donde vemos lo que es la medida última de la relación del sujeto con el deseo, es decir φ minúscula, como símbolo del falo.”

La explicación de Lacan es a seguir trabajando, pero es importante recordar la relación de “a” y “ φ”, recordar que el falo resignifica los objetos après coup.

Tal como Lacan trabaja el Toro lo que aparece es la escritura del sujeto en su diacronía; el hecho mismo de que se pueda inscribir la repetición da cuenta de la representación de algo temporal. La Banda de Moebius, que Lacan  extrae  de  un corte del Toro es el sujeto sincrónico; recordamos que el esquema L era también la representación del sujeto en su sincronía, por tanto la Banda es otra escritura del sujeto sincrónico.

Por otro lado el Toro es  también un modo de escribir  el cuerpo; el cuerpo es   un Toro, una superficie que se organiza alrededor de sus agujeros.

Para el niño el agujero aparece en la palabra de los padres, cuando los padres hablan y no se dan cuenta que hablan: no se dan cuenta que lo que dicen habla de ellos, que decir tiene consecuencias, que el niño está leyendo lo que dicen. Cuando 

10 Lacan, J.: El seminario. Libro 9, “La identificación “. Clase del 28. 3. 62. Inédito

decimos que el niño entiende, no es que entiende el sentido de los mayores sino que interpreta lo que oye con sus  posibilidades: el niño supone el agujero también en el cuerpo de la madre, por eso dice que le falta un pene.

Un cuerpo es una superficie alrededor de un agujero;  un  síntoma  es  un cuerpo con un agujero, un cuerpo agujereado por el significante, o  sea  que frente a un síntoma, el sujeto se encuentra con dos agujeros con los que no sabe qué hacer, habrá que poner un 3er agujero para poder anudarlos, éste es  uno de los  motivos  por los que después Lacan pasará de las superficies a los nudos.

“El neurótico -dice Lacan 11– (…) intenta hacer entrar en la demanda  el objeto  del deseo, intenta obtener del Otro, no la satisfacción  de  la  necesidad  por  la  que hizo la demanda, sino la satisfacción del deseo,  alcanzar  el  objeto  del  deseo,  es decir precisamente lo que no se puede pedir”.

Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sir

Si ponemos dos Toros enlazados, que representen al sujeto y al Otro, veremos que la demanda del uno coincide con el objeto del deseo del otro y viceversa. De modo que el neurótico pretende no sólo que su demanda coincida con el objeto del deseo del Otro, sino también satisfacer la demanda del Otro  con  el  objeto  de su deseo.

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Por eso el neurótico, en lugar de poner un 3er  agujero para anudar los otros dos, se anuda al Otro (esto es lo que se  llama  dependencia), para  tratar de saber  qué quiere, para poder complacerlo; busca la sanción de una  demanda  para  su deseo (“no era eso”, dirá después), en lugar de hacerlo partir de la castración, y así vela el hecho de que el objeto del deseo es efecto de la  imposibilidad  del Otro para responder a la demanda.

Angeles Moltó

11 Lacan, J.: El seminario. Libro 9, “La identificación “. Clase del 28. 3. 62. Inédito
Angeles Molto
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Oir Praxis Psicoanalítica