Freud utiliza para nombrar este proceso: Untergang (hundimiento, muerte, final) y zugrunde gehen (sucumbir, perecer); aclara que no basta con la represión, generadora de la neurosis, para “resolver” el complejo de Edipo, que es necesaria una cancelación.
Pero al final de su obra, sobre todo en “Análisis terminable e interminable” dice que no hay “normalidad”(fruto de un complejo de Edipo resuelto), y Lacan juega con la traducción francesa (igual que alguna versión española): disolución y lo llama dit- solution.
No es verdad que la anatomía es el destino y no es verdad que la anatomía no es el destino.
Se nace macho o hembra (salvo problemas genéticos severos) y luego cada uno tendrá que elegir su identificación sexual: masculina o femenina.
Ello da cuatro posibilidades, al correlacionar los dos destinos anatómicos con las dos identificaciones, [que además, a partir de Lacan, podremos leer en distintos registros (las diferencias entre homosexualidad, travestismo y transexualidad, p.ej.)], que a su vez elegirán objeto sexual masculino o femenino (también en cuerpos macho o hembra).
Este recorrido se hace a través del complejo de Edipo, cuyo final, si ocurre, es la asunción de la castración en ambos sexos.