Relectura del Proyecto - Oír

Relectura del proyecto

3ª CLASE DEL PROYECTO. LECTURA LACANIANA (Soto).

Más que una lectura lacaniana sería lo que Lacan decidió destacar del proyecto, en una relectura de ese proyecto. Trataremos de ver qué ha sacado Lacan del proyecto, que lo trabajó en los años 60, en el seminario sobre la ética, que él llamó “La ética del psicoanálisis”. Hacía poco tiempo que se había hecho público El proyecto (aprox. ’58), junto con las cartas a Fliess en versiones no completas sino debidamente recortadas.

Lo de hoy es un poco fuera de la serie porque lo que hemos visto hasta ahora es: 

El desarrollo del pensamiento de Freud en estos primeros tiempos, en estos primeros años; cómo va configurando su primera idea de aparato psíquico, cómo la va haciendo. Y, paralelamente a eso, hemos ido trabajando algunos contextos de ese trabajo: el contexto psiquiátrico (en las últs. Clases), el contexto social de Freud (la Viena de Freud), el contexto intelectual (qué estaba pasando en esa Viena, los pensadores que había, la gente que había, la importancia que tenían, esa Viena que era una de las capitales del doble imperio, la otra era Budapest, el Imperio Austrohúngaro).

También hemos ido viendo cómo ingresa el PSICA en España, cómo es recibido, cómo es la España a la que llega el PSICA, cómo es recibido, contextuando todo este proceso. 

En ese trabajo de lectura que Lacan se había dado a sí mismo, de leer a Freud, para poner en relación básicamente las dos premisas con las que él comenzaba a funcionar al comienzo de su enseñanza por el 50-53, sobre esos años, que eran

  • los tres registros y
  • la concepción del inconsciente estructurado como un lenguaje

 

 –en eso la influencia de los lingüistas de ese momento, particularmente Jakobson, y la antropología, particularmente Lévi-Strauss, aunque no solamente, porque también había otros lingüistas, como Martinet, otros lingüistas que se citaban alrededor de Lacan y Lacan alrededor de ellos, porque era un movimiento que cuando toma nombre, Estructuralismo, e influye a otras personas y otros entran a jugar bajo ese mismo título de estructuralismo,  muchos de los estructuralistas empiezan a no querer llamarse estructuralistas, no quieren formar parte de ese movimiento ideológico del estructuralismo-. 

Entonces, eso es la corriente de trabajo en la que vamos, y la clase próxima está en esa línea. La dificultad es que la relación de Lacan con Freud es una especie de madeja en la que se hacen nudos que se pueden deshacer o no… La clase de hoy es para facilitarles esa vía de encuentro de Lacan con Freud en cuanto al proyecto. 

Angeles ha trabajado toda la primera parte del proyecto menos un pedazo, que sería el apartado con el título Memoria y judicación en Rueda, o con el título La memoria y el juicio, El recordar y el juzgar (T1, pág. 375) en Amorrortu. Les leo un poco de ese punto (pág. 375-377, Soto lee de Rueda, este fragmento es de Amorrortu):

Aquí está lo que me interesa (Rueda): 

“Y así el complejo del semejante se separa en dos porciones, una de las cuales da la impresión de ser una estructura constante que persiste coherente como una cosa1, mientras que la otra puede ser comprendida por medio de la actividad de la memoria, es decir, reducida a una información sobre el propio cuerpo del sujeto”. 

1Es lo que los alemanes llaman “das Ding”, la Cosa. Este Das Ding será uno de los puntos sobre los que trabajará Lacan porque, de él, Freud dice que es el fundamento de la moral, el fundamento de la comprensión de los demás, el fundamento de la moral en la relación con los demás en el futuro, en el desarrollo del sujeto. Y aquí tendría su punto de nacimiento.  Este es uno de los puntos que veremos.

Angeles: das – con minúscula, es el artículo. Ding – con mayúscula, sustantivos en alemán siempre con mayúscula

Vayamos a ver lo de Lacan, Seminario 7, pág. 12:

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¿Qué plantea esto?

Podemos imaginarnos que alguien va leyendo el proyecto y llega al punto en el que Freud habla de Das Ding como la fuente de la moralidad en el sujeto y entonces se plantea volver a leer el proyecto con esta nueva clave de lectura. 

Si se lo vuelve a leer con esa clave de lectura, entonces uno puede encontrar que todo el proyecto trata de: el deseo, el placer, algo que funciona como censura o como defensa contra el deseo, algo que pone la búsqueda de la satisfacción y la necesidad de una instancia que, en la búsqueda de la satisfacción, introduzca una demora para ver si en la realidad está o no el objeto satisfaciente. Porque todo el armazón está planteado como que el sujeto podría, por vía regresiva, caer constantemente en la alucinación. Y cayendo en la alucinación encontraría suficiente satisfacción para la búsqueda del objeto satisfaciente, para la búsqueda de la reproducción de la situación placentera.  

Entonces esto sí que empieza a ser una reflexión moral: ¿qué busca el ser humano?, que si busca el placer, que si lo encuentra, que si no lo encuentra, que si tiene que demorar la búsqueda, que si tiene que ver que el objeto placentero está o no está. Esto es lo que empieza a tomar la forma de una relectura que se hiciese con estas claves de una reflexión moral. 

Y esto es lo que Lacan pondrá de relieve en Freud en el seminario 7 de la ética. Y lo busca primero por el lado de cómo en Freud (y aquí ya Lacan toma el conjunto de la obra de Freud, pondrá énfasis en Tótem y tabú, por ejemplo) el deseo y aquello que va en contra del deseo, la censura (aquello que hace de crítica al deseo, aquello que hace de obstáculo, aquello que valora y que posterga y que prohíbe el deseo), está en el mismo orden, salen de lo mismo: el deseo ha de salir de la energía con la que actúa la censura.

Angeles: ¿Estás de acuerdo con “acción específica, vivencia de satisfacción”? (algo escrito en la pizarra). Para entender que la alucinación lleva a la realización del deseo, pero no lleva realmente a la satisfacción. 

Soto: Eso sirve para explicar que realización, por ejemplo, la realización del deseo en el sueño, no tiene que ver con lo real, no tiene que ver con que en el sueño haya ninguna realización real del deseo. Es decir, que el concepto de realización es un concepto que no quiere decir que nosotros pensemos que, en el sueño, en realidad se satisfaga el deseo: hay una satisfacción alucinatoria, una satisfacción en falso del deseo. Ang: Realización en tanto realidad psíquica se podría decir. Soto: sí.

Eso es lo que le traerá problemas a Freud, en su momento, porque tendrá que pensar. Recuerden que en un momento determinado, decimos que su histeria cae, que su neurótica cae, es decir, que su teoría de la neurosis se viene abajo; se viene abajo cuando ve que la seducción de la que es objeto la histérica no es necesariamente una seducción real, puede ser una fantasía, y que esa fantasía tiene un orden de realidad que es tan eficaz como la realidad real, aunque no haya ocurrido en la realidad; y que los fenómenos de ese orden son los fenómenos con los que tenemos que vérnoslas. 

Este trabajo de Lacan de la ética está situado, en la serie de seminarios que va dictando, después del seminario del deseo y su interpretación. Y esto tiene que ver con lo que decíamos antes: que la instancia de la censura se desprende de la energía del deseo. Es decir, primero Lacan hubo de trabajar el deseo para  poder trabajar la ética. Eso Lacan lo plantea más en Tótem y tabú, lo daremos más adelante, pero básicamente la idea es que la censura comienza a actuar a partir de una de las mayores transgresiones, son dos, que es asesinar al padre. Esto es lo que permitirá al sujeto, en una mitología freudiana sobre los origíneles de la cultura, dar el paso inicial para la configuración del ser humano en tanto que prohibiéndose lo que quiere. Pero esto se verá más adelante. 

La cuestión ética es abordada en dos vertientes: por un lado, desde el punto de vista de la obligación, del mandamiento; por otro como dirección, como un bien al que convoca, un bien que, aparecido, devino un ideal. Pero además, la ética, en tanto reflexión de la realidad moral de los vínculos sociales, es un hecho histórico. Es decir, aquí, por eso buscaba este fragmento, porque quería introducir la cuestión de porqué los llama ética Lacan. Y cómo, en el seminario sobre la ética, hay un juego entre ética y moral. 

Ética y moral son dos palabras equivalentes; ética es griega (viene del griego «ethos»), moral es latina («moral» viene del latín «mos»), y en los dos casos se refiere a “costumbres”, a “hábitos”. Lo que pasa es que en griego, por una ligera variante, por un acento distinto, en la primera e, tenemos una diferencia entre esto (costumbre, hábito) y carácter. Hay una ética, con un acento en la primera e (é), y otra ética con un acento diferente en la primera e (un acento circunflejo, ê), que hace a la diferencia y que permite un cierto juego, que Aristóteles realiza, entre el carácter y la costumbre.

Cuando Lacan trabaja la moral, en alguna parte lo dice explícitamente, lo plantea como que él usa la ética, usa ese concepto, para definir una instancia en la que se hace una reflexión crítica sobre las morales. Es decir, que pone a la moral en un plano (la moral de la gente, de los pueblos) y la reflexión acerca de la moral en otro plano y a eso lo llama ética. Y esta será abordada por Lacan, pero por Lacan planteándolo como que así ha sido en la historia en dos vertientes: desde la obligación del mandamiento y desde el ideal, el bien al que convoca. Es decir, podemos pensar la ética como aquello que debemos o no debemos hacer, y la ética como aquel bien al que hemos de tender. 

Por lo tanto, la reflexión freudiana debe considerarse en relación con lo que lo ha precedido en la reflexión en este terreno y con sus dificultades, con sus puntos de impás, con sus puntos de no salida.

Lacan destaca también que, en el enfoque freudiano, la realidad que ha de actuar a través del principio de realidad, ordenando, temporizando (poniendo en un tiempo) al deseo, en Freud está planteada como una realidad bastante precaria. El aparato está pensado como aparato de carga y descarga, y la realidad aparece necesitando un nuevo sistema, el sistema omega, ω, que dé algún signo, un signo precario, escaso, que defina si la realidad está o no está. Pero además, ese signo no so se dispara por la presencia en lo real del objeto, sino que se dispara por la presencia en el aparato de signos de que el objeto estaría. Es decir, la relación con la realidad es bien precaria, es escasa. Y ese es otro elemento, como decía, que Lacan destacará en la ética freudiana. 

Angeles: recuerden que la conciencia, donde están los signos de realidad objetiva, no está adosada a la percepción, y eso explica esto que está diciendo Soto.

Soto: La conciencia está adosada a Psi (Ψ), no a fi  (φ). Es decir, omega ω está vinculada a Psi (Ψ), no a fi  (φ). Entonces, lo que recibe omega (ω) son pequeños signos de que, en algunos de los sistemas neuronales de Psi (Ψ) hay, están los rasgos del objeto, los rasgos que están registrados en el Mantel, lo llama mantel o Palium (dependiendo de las traducciones). Recuerden que Psi (Ψ) tenía un tipo de neuronas, las Mantelneuronen y las Kernneuronen, etc., no recuerdo. Interesa retener lo que interesa. 

Vuelvo para atrás y para adelante para retomar los temas prometidos.

Este es el panorama general, que si lo abordáramos ahora, por ese aspecto que decíamos antes, de que lo que Freud trae habría de valorarse en relación con lo que se había producido en el orden de la reflexión moral hasta entonces, esto da un recorrido. Un recorrido que, como siempre, empieza en Aristóteles, La ética a Nicómaco. 

Pero vamos a tomar lo que está más cerca de Freud. La reflexión freudiana, acerca de un placer que necesita de un signo de realidad para alcanzarse, esta reflexión requiere que antes se hayan producido cosas en ese terreno, que la cultura, los seres humanos, hayan producido ciertas reflexiones para que esta tenga cabida, para que esta pueda ser introducida, pueda ser pensada por Freud, pueda ser leída por sus contemporáneos. Podríamos destacar dos de esos momentos: uno bajo el patrocinio, bajo el nombre de Berjan, otro bajo el nombre de lo que se había producido en lo que Lacan llama “la liberación naturalista del deseo”. Es decir, esa “liberación naturalista del deseo” es como Lacan describe al movimiento que en el XVIII tiene lugar bajo el nombre de Los libertinos, un movimiento que buscaba la realización del placer, y las aporías (Paradoja o dificultad lógica insuperable) a que este movimiento llega. Dice Lacan, este movimiento es un movimiento que fracasa. Efectivamente, hoy ha quedado atrás y no ha dejado rastros en la cultura (la cultura no se ocupa de eso hoy). En tiempos del Marqués de Sade sí se ocupaba y el Marqués de Sade podía decir cosas que hoy no se podrían decir, no tendrían sentido. Allí, la búsqueda del placer está planteada. 

Lo interesante es que la forma en que está planteada la búsqueda del placer por el Marqués de Sade, ese placer que en Freud encontrará ese problema, que vimos y veremos, está planteada en un momento, en un tiempo contemporáneo, al tiempo de la formulación del grado más alto de la propuesta ética en Occidente, que es con Kant. Dice: 

 

“Si un ser racional debe pensar sus máximas (sus máximas morales) como leyes prácticas y universales, puede pensarlas sólo como principios tales que contengan el fundamento de determinación de la voluntad no según la materia, sino sólo según la forma”.

Y allí aparece otra vez en Kant el das Ding, la Cosa. La Cosa no son los objetos, la Cosa es algo que está más allá de los objetos. “No según la materia”, es decir, no según objetos satisfacientes, porque todo objeto satisfaciente remitiría a la satisfacción que produce, y no tendría valor por sí mismo. Entonces, lo que plantea Lacan, es que el principio ha de ser planteado como un principio universal según la forma, y no según la materia a la que se refiera, no según la cosa a la que se refiera, porque no hay ninguna cosa que vaya a suministrarnos el bien. 

Y dice en otra parte:

Wohl  (Ang: es el bien) o Übel significa siempre sólo una relación con nuestro estado de agrado o desagrado, de regocijo y de sufrimiento, y si deseamos o rechazamos por eso un objeto, ello ocurre sólo  en cuanto es referido a nuestra sensibilidad o al sentimiento de placer y dolor que él produce. El bien (Gute) y el mal (Böse) pero, significa siempre una relación en la voluntad, en cuanto que esta está determinada por la ley de la razón a hacer algo de su objeto. Pues la voluntad no se determina nunca inmediatamente  por el objeto y su representación, sino porque es una facultad de hacerse de una regla de la razón, la causa motora de una acción por la cual un objeto puede ser rechazable. El bien (Gute) es referido así pues propiamente a acciones, no al estado de sensación de la persona, y si algo debiese ser absolutamente y en todo sentido bueno o malo (gut o böse), por ser considerado como tal sería solamente el modo de obrar, la máxima de la voluntad, y por consiguiente la persona operante misma, no empero una cosa la que podría ser denominada buena o mala”.

Vuelve a ser lo mismo que dije antes, no se trata de lo material, de algo que pudiera ser bueno o malo, sino de la voluntad puesta en juego. 

Angeles:  Wohl  es el bien, Gute es lo bueno. 

En castellano se traducen igual, pero en alemán tienen matices distintos.

Soto: pero se puede arreglar sustantivando. “Las cosas buenas”, como adjetivo, y “lo bueno” como sustantivo.

Lacan, en su texto Kant con Sade, dice en alguna parte que se prepara a la ciencia rectificando la posición de la ética (ya lo veremos) y que esta introduce algo nuevo en lo real. Entonces, podemos plantearnos: ¿Cómo las rectificaciones de la ética permiten a Freud concebir el psicoanálisis? Piénsese en la cuestión del principio del placer; ¿por qué ha de ser rectificado por el principio de realidad? ¿Es que el placer podría conducirnos al mal sin esa rectificación? ¿La búsqueda del placer podría conducirnos al mal sin  la rectificación del principio de realidad? Esta es la cuestión que planteada en un momento posterior al momento en que se plantea la búsqueda del placer como el objeto de la acción ética.

 

En el texto de la ética, lo que se destaca es que Lacan haga del tocador, el tocador sadiano (del libro de Sade La filosofía del tocador), como una escuela. Y eso es lo que era para el Marqués de Sade, una escuela para educar a señoritas. Lo pretendía Sade, pero no nos interesa sólo por eso, sino porque  es el pensamiento libertino en general. El tocador sadiano es un lugar donde se prepara, y aquí se podría utilizar la expresión lacaniana, es un lugar donde se prepara a la ciencia rectificando la posición de la ética, donde también se introduce algo nuevo en lo real. Y ese algo nuevo en lo real es la posibilidad de no estar bien en el bien.

Esta subversión sadeana se sustenta en el viraje kantiano, que asienta la ética en otro lugar que el bien que pudiera devenir de la relación con un objeto. Apunta al bien, en el sentido que decíamos antes, como sustantivo digamos, para decirlo en castellano. Y esta reflexión kantiana, a su vez, es una reflexión que está ligada, precisamente, como epistemología del pensamiento de Newton, que es quien prepara la ciencia moderna.

Digamos que en Kant, como les leía antes en el texto de Kant , sin ningún objeto de bien, se encuentra una ley, pero la ley formal, como fenómeno significante diríamos nosotros, que se oye como voz de la conciencia que, al articularse como máxima, propone el orden de una razón pura práctica, con la condición de que pueda sostenerse como universal por derecho lógico. Es decir, que no valga en ningún caso si no vale para todos. Esta es la estructura formal del principio ético. A la experiencia de la ley moral ninguna intuición ofrece ningún objeto fenomenal.

Y este es el punto en que viene a cuento el Marqués de Sade. ¿La máxima de Sade cuál era?

 “Tengo derecho a gozar de tu cuerpo, puede decirme quien quiera, y ese derecho lo ejerceré sin que ningún límite me detenga en el capricho de las acciones que me venga en gana saciar en él”. 

Y eso fue escrito poco después de haberse editado la Crítica de la razón práctica, y ajustado a esta; es decir, como un imperativo categórico. ¿Por qué? Porque  el Marqués no dice “tengo derecho a gozar de tu cuerpo y ese derecho lo ejerceré sin que ningún límite me detenga en el capricho”, dice “Tengo derecho a gozar de tu cuerpo, puede decirme quien quiera”; es decir, lo formula como ley universal. No es “yo tengo derecho arbitrariamente a gozar de tu cuerpo, o de quien fuere, porque me da la gana y hacer todos mis caprichos”, no, “puedo gozar de tu cuerpo, puede decirme quien quiera”, es decir, formulado como ley universal. Y en ese sentido se ajusta el precepto sadeano a los principios kantianos. Y eso da paso, hace entendible la reflexión freudiana acerca de estar mal en el bien, y de que el bien no pueda constituirse como razón última, o como razón “el soberano bien” de Aristóteles,  no tiene cabida en la ética a partir del psicoanálisis. 

La búsqueda del soberano bien, que era la búsqueda en Aristóteles, habría que introducir algo acerca de que la de Aristóteles era una sociedad de amos de verdad, de amos griegos, de amos amos. Pero bueno…

Angeles: Lo veremos en filosofía. Lo interesante es ver como Kant, con todo su proceso, llega a que habría una ley universal de estar bien en el bien, y (su contracara) entonces viene el Marqués de Sade y dice “Ah, se trata de que formalmente esto sea así, vale, pues entonces también se puede estar bien en el mal”, exactamente igual de formalizado que lo de Kant. Entonces es como mostrarle a Kant la contracara.

Soto: Y allí toma sentido el contenido de la reflexión freudiana acerca de la reflexión sobre el placer, el bien, la censura, las correcciones que es necesario hacer y para las que está preparado el aparato que imagina Freud, las correcciones que es necesario hacer para que la búsqueda del objeto no se cortocircuite y se disparen las sensaciones de placer ante el objeto alucinado. Además, como decíamos, la búsqueda no es del objeto en realidad; en realidad, es la búsqueda de la presencia en el aparato de signos, de predicados del objeto, de restos que han quedado registrados en el aparato, de la primera satisfacción, y que orientarán la búsqueda de ese objeto inexistente, perdido decimos pero perdido por inexistente; restos que son la fuente de la primera satisfacción que, si tiene la importancia que tiene, no es por el objeto, sino por primera, y por lo tanto sólo se pueden encontrar restos de una satisfacción de la que sólo se puede ser nostálgico (porque no hay la posibilidad de volver a aquella porque ninguna otra será ya la primera, porque la primera tiene ese rasgo de ser primera).

Sin embargo, La crítica de la razón práctica es ajustada a esta norma sadeana, …. categórico, ¿hacer formular al otro? De “puede decirme quien quiera”.  Pone en juego una alteridad que es interna a la propia estructura del sujeto en su división, que Lacan trabajó de diferentes modos, también en términos de sujeto del enunciado y sujeto de la enunciación (el trabajo de Soto). 

Una explicación rápida de esto sería la necesidad de diferenciar entre el que habla de lo que habla. El que habla es el sujeto de la enunciación, de lo que habla, en lo que habla, puede haber un sujeto, pero será entonces un sujeto del enunciado. Si yo digo “Yo digo”, hay un yo que es enunciador y otro yo que es enunciado. 

Otro aspecto que quería destacarles relativo a esa división a la que nos referíamos ahora del sujeto del enunciado y sujeto de la enunciación, es otra división que aparece ya en el proyecto. En el proyecto, vimos que en el sistema Psi (Ψ) hay un conjunto de neuronas facilitadas constantemente, que constituyen el yo, el yo en el sistema Psi (Ψ). Pero la conciencia no está en el aparato Psi (Ψ), está en el sistema omega (ω). Es decir, ya en el proyecto la reflexión de Freud va conduciendo a la necesidad de diferenciar entre algo que es núcleo en el inconsciente y algo que es la conciencia. Si prestamos atención a ese hecho de que la conciencia está en un lado, por allá, y que los signos de realidad y que el yo está estructurado por otra parte, con otros signos del aparato Psi (Ψ), que no tiene que ver con la percepción, no tiene que ver con la percepción ni bajo la forma de fi  (φ) de la recepción de estímulos atenuados, ni por el lado de omega(ω), que con las cargas que le llega va construyendo las percepciones conscientes, entonces tenemos allí dos estructuras. 

 

Esas dos estructuras son las que seguirán desarrollándose en Freud (tendrán diversas vicisitudes a lo largo de ese desarrollo), y son las que Lacan retomará como sujeto del inconsciente y yo, después de un largo proceso en el que hay estadios intermedios. Pero esto nos permite pensar sujeto del inconsciente y yo.

Desarrollando un aspecto de esto: 

cuando el ¿Nebenmench?, que es el primer objeto satisfaciente, una vez que se ha prestado la primera asistencia, el individuo asistido está en condiciones, por medio de dispositivos reflejos del interior de su cuerpo, de eliminar el estímulo. 

Eso se refiere a cuando el estímulo proviene del interior, de un interior para el cual no hay barreras de retención y de clivaje, como las que hay en la percepción del exterior, que permiten reducir las cantidades y, por otra parte, clivarlas en el sentido de que no todos los estímulos van a pasar por los mismos receptores. 

El semejante, el primer extranjero, es el primer objeto satisfaciente, primer objeto persecutorio y primer objeto asistente, realiza todas las cosas. Solo que en él se pueden distinguir dos aspectos: un aspecto que son los predicados (el adjetivo, los rasgos que lo componen), y otro aspecto constante que es das Ding, que es la base de toda la estructuración discursiva. Reconocemos a través de los atributos, por eso el das Ding es irreconocible; das Ding queda como lo que está más allá. Podemos relacionarlo con el ombligo del sueño, con aquello a lo que no puede acceder en el sueño.

El extranjero y el semejante es el mismo.

Por eso decimos que la realidad está escasamente definida en el aparato psíquico, porque ese reconocimiento se produce a través de unos atributos, pero los atributos pueden no aparecer. Siempre podrá aparecer algo en el sujeto que lo relacione, algo que lo asocie, y allí es el peligro de la descarga. En la medida en que siempre puede aparecer algo que tenga que ver con aquel primer objeto, esto hace que sea siempre posible que se produzca la descarga (cuando digo eso, quiere decir en falso, la alucinación). Por eso Lacan habla de que la realidad está tan poco significada en el aparato freudiano, es una realidad endeble, pobre. Y eso es lo que trae problemas. En los animales, eso está muy claro, sabe qué comer o qué no comer, sabe cuál es su pareja, la distingue entre millones, se ve en TV (pingüinos y siempre encuentran a su pareja, cría, salmones sabe su camino, etc.). 

Es como si todo el aparato estuviese más preparado para la alucinación que para encontrar en lo real, está más preparado para encontrar signos internos que encontrar el objeto en la realidad. Eso hace a las grandes posibilidades que tiene el ser humano para hacer ecuaciones y hacer de cualquier cosa cualquier otra, y a su vez a las grandes dificultades que tiene para sobrevivir. Porque nos encontramos en un lugar distinto al nuestro y no sabemos nada, o en otro tiempo (por ejemplo, si fuésemos al pasado no sabríamos hacernos nada, ni ropa, zapatos, radio, ¿cómo la hacemos?, imprenta,…no sabemos hacer nada). Todo está basado en una estructura tan compleja que nadie puede servirse de ella particularmente, todos somos parte de ese complejo inmenso y de un momento cultural.

Bueno, desarrollando un aspecto de esto: (¿? , 01:12:21). Cuando frente al extranjero, cuando el ¿Nebenmensch?, también es el extranjero, el primer objeto satisfaciente, el paciente:

“Una vez que se ha prestado la primera asistencia, el individuo asistido está en condiciones, por medio de dispositivos reflejos del interior de su cuerpo, de eliminar el estímulo” (eso se refiere a cuando el estímulo proviene del interior, de un interior para el cual no hay barreras de retención ni de cribaje, como las que hay en la percepción del exterior, que permiten reducir las cantidades y, por otra parte, cribarlas en el sentido de que no todos los estímulos van a pasar por los mismos receptores). “Este proceso se llama “vivencia de satisfacción”. El semejante, por la acción específica, proveyó lo necesario para producir una descarga. La catetización en el manto de las neuronas correspondientes al objeto, a otros lugares del manto, llega noticia de la descarga lograda mediante la acción específica y se establecen facilitaciones entre las Kernneuronen, excitadas por la fuente endógena, y por las neuronas del manto (Mantelneuronen) correspondientes al objeto”. 

Y agrega Freud, y esto nos interesa abiertamente porque son el soporte de las representaciones-palabra:

Que las noticias de la descarga refleja surgen gracias a que todo movimiento, en virtud de sus consecuencias accesorias,  da lugar a nuevas excitaciones sensitivas de piel y músculos, que producen en Psi una imagen motriz.

Aquí retoma una cuestión que planteó antes acerca de la relación entre cantidad y facilitación o, como prefiere llamarlo Lacan, concatenación. 

Concatenación es la palabra con la que Lacan traduce lo de la facilitación. Y lo traduce “concatenación” entre otras cosas, porque permite establecer una analogía entre esas facilitaciones y la cadena significante. Es decir, que la cantidad en el sistema equivale al encadenamiento. 

Cuando la cantidad vuelve a crecer, se restablece el estado de urgencia o de deseo, las imágenes mnemónicas vuelven a catetizarse (es decir, la del objeto deseado y la del movimiento tendente a la descarga).

Y dice Freud que:

Probablemente la del objeto sea  la primera, produciendo algo similar a una percepción, o sea, a una alucinación. (Si el acto reflejo se produce, habrá defraudación). 

Después hay algo que en las traducciones está planteado como un lapsus de Freud; ese lapsus es entorno a las motorische Neuronen, a las neuronas motoras, que lo han considerado un lapsus y lo han traducido por neuronas secretoras. 

Lacan dice: 

En realidad, está ahí para indicarnos la fundamental homología de la relación del dolor con la reacción motora, y esto para situar el dolor en relación con la inmovilización. 

 

Cuestión en la que se avanza en las reflexiones que hará Lacan más adelante acerca de las formas torturadas del Barroco, de la piedra, de la piedra atrapada, y que lo trabajará en relación con la figura mítica de Dafne, que queda inmovilizada en forma de árbol. La inmovilización como tortura…ahora recuerdo, antes, a los niños pequeñitos, se los fajaba por completo. El cuerpo es maltratado de muchas formas. El otro día leía que en una tribu guaranítica le redondeaban la cabeza a los chicos (con masajes,…les gustaba que tuvieran la cabeza redonda); muchas veces tenían la cabeza muy achatada porque se les rompía el cartílago de la nariz, cuando se les iba la mano en fuerza, con los masajes que les hacían para redondearles cuando eran pequeñitos.

Dice Freud (Amorrortu, pág. 364-365): 

En Rueda:

Psi está expuesta a cantidades tanto de la vía endógena como por la erupción de cantidades excesivas a través de fi. Estas cantidades constituyen la vivencia de dolor y producen en Psi un gran aumento de cantidad (que es sentido como displacer por las neuronas omega), una tendencia a la descarga y una facilitación entre la imagen mnemónica (del objeto que produce el dolor) y la tendencia a la descarga. Además es indudable que el dolor posee una cualidad especial que se manifiesta paralelamente al displacer (bueno, con diferencia de traducción; unos dicen “junto con”, otros “paralelamente a”, en fin).

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Ahora bien, si la imagen mnemónica es recatetizada por cualquier circunstancia (se entiende la imagen sin incidencia del objeto junto al dolor), surge un estado que no es de dolor, pero que guarda cierta relación con él: este estado incluye el displacer y la tendencia a la descarga. 

Y la pregunta que se plantea Freud es por el punto primero. Es decir, por el origen de la cantidad. 

Si ésta no proviene del exterior y ya que esta recatetización, este afecto dice Freud, funciona con Q; es decir, con cantidades que no justifican el tipo de incremento exterior de productor del dolor, ¿de dónde viene?

Como señala Lacan en la respuesta a Hyppolite:

Lo afectivo no tiene nada que ver con una cualitas oculta psicológica para designar esa cosa vivida cuya búsqueda, cuando los vemos jadear ante sus formas más bobas, apenas evoco otra cosa que un husmear de poca ley, lo afectivo en este texto de Freud se concibe como lo que, de una simbolización primordial, conserva sus efectos hasta en la estructuración discursiva.  

Es decir, les traía este trocito para solamente para mostrarles cómo el trabajo de Lacan consiste en retraducir el texto freudiano poniendo los elementos del lenguaje y su combinatoria, lo semejante y lo diferente, en el lugar en donde Freud metaforiza con referencias a la termodinámica de su época.

Angeles: Y a la neurología (pensando neuronas en lugar de significantes). Soto: sí. 

El trabajo de Lacan consiste en hacer, a lo largo de toda la obra freudiana, una búsqueda que no se aparte del pensamiento freudiano que le permita leer el texto de forma que pueda reemplazar la metáfora física y biológica, mecanicista, de Freud, en lenguaje: “Lo afectivo en este texto de Freud se concibe como … una simbolización primordial, conserva sus efectos hasta en la estructuración discursiva”. 

Pregunta: ¿está relacionado con que el trauma y el síntoma tienen un nexo simbólico?, que está en Freud. 

Soto: Sí. Lo que pasa es que ligar trauma a síntoma, por un lado es pensar en unas neurosis y no en otras, por otro lado el trauma es constitutivo del sujeto (está siempre), mientras que los síntomas pueden ser diversos (pueden ser diferentes); hay una ligazón, se trata de buscarla, de hacer los recorridos que permitan encontrar las formas específicas de la relación entre una cosa y la otra (las formas particulares, específicas, de cada cual, en que se produce esa relación).  

Pregunta: Yo he acabado relacionando, pero me parece que está mal, el semejante con el bien y el Otro con el malestar.

Soto: No. El semejante, el primer extranjero, ese es primer objeto satisfaciente, primer objeto persecutorio y primer objeto asistente (y ahí están todas las cosas); sólo que en él se pueden distinguir dos aspectos: un aspecto que son los predicados (los adjetivos, los rasgos que lo componen) y otro aspecto constante, que es das Ding, que es la base de toda la estructuración discursiva. 

Pregunta: ¿Entonces reconocemos a través de los atributos o de lo constante?

Soto: Reconocemos a través de los atributos, por eso el das Ding es irreconocible; das Ding queda como lo que está más allá, podríamos relacionarlo con el ombligo del sueño, con aquello a lo que no se puede acceder del sueño. 

Angeles: Pero es que el semejante y el extranjero es el mismo.

Pregunta: claro, por eso pensaba qué hace, relacionándolo con eso, con el sentirse bien o mal ante la misma cosa. ¿Cómo se reconocía? Pues eso, a través de los atributos. 

Soto: A través de los atributos se produce…lo que pasa es que por eso decimos que la realidad está escasamente definida en el aparato psíquico freudiano, porque ese reconocimiento se produce a través de unos atributos, pero los atributos pueden no aparecer; siempre podrá aparecer algo en el sujeto que lo relacione, algo que lo asocie, y allí es el peligro de la descarga. En la medida en que siempre puede aparecer algo que tenga que ver con aquel primer objeto, esto hace que sea siempre posible que se produzca la descarga en falso, la alucinación (cuando digo eso quiere decir la alucinación).

Pregunta: Reconduciendo por el síntoma a las causas, ves que a veces se establecen enlaces falsos.

Soto: Sí, se establecen enlaces falsos. Ahora, qué tiene que ver eso con lo otro, bueno, sí, a cierta distancia tiene que ver: tiene que ver con que el sujeto no tiene un buen aparato para reconocer la realidad. 

Por eso es que Lacan habla de que la realidad está tan poco significada en el aparato freudiano, es una realidad endeble, pobre, y eso es lo que trae problemas. En los animales, eso está muy claro; el animal no tiene ninguna duda acerca de lo que ha de comer o no comer, acerca de su pareja sexual por ejemplo, incluso la distingue entre millones (ej. Hay millones de pingüinos pero siempre encuentran a su pareja, a su hijo, nuca se equivocan de hijo o de pareja; los salmones recorren todos los océanos del mundo y van a acabar al mismo río en el que nacieron).

Pregunta: Por eso digo que recurrir a los atributos, que ahora puedo pensar que en el aparato de Freud son como rasgos o huellas mnémicas, no es garantía.

Soto: Nooo, no hay ninguna garantía. Es como si todo el aparato estuviese más preparado para la alucinación que para encontrar en lo real; está más preparado para encontrar signos internos que encontrar el objeto en la realidad. Eso hace a las grandes posibilidades que tiene el ser humano para hacer ecuaciones, y hacer de cualquier cosa cualquier otra, y a la vez a las grandes dificultades que tiene para sobrevivir: hoy, cualquiera de nosotros nos encontramos en cualquier lugar donde no hayan los elementos a los que estamos acostumbrados, y no sabemos nada.

Si cualquiera de nosotros aparece en otro tiempo, no sabemos hacer nada: que había radio, ¿y cómo hacemos una radio?; que había imprenta, ¿y cómo hacemos una imprenta? No sabríamos hacer nada, no podríamos valernos para nada. Todo está basado en una estructura tan enormemente compleja, que nadie puede servirse de ella particularmente; todos somos parte de ese complejo inmenso. Si nos sacan de un momento puntual, no sabemos nada. 

Angeles: Pero es que sin llegar a la alucinación, que digamos está en riesgo ahí para todos porque para eso el aparato está realmente más preparado, pero cualquiera puede darse cuenta como la fantasía de cada cual tiene un poder grandísimo; si de repente se nos ocurre que nos han mirado mal, tenemos una certeza enorme de eso. Si nos dejamos llevar, nuestra fantasía tiene mucha más fuerza que la realidad. Hay individuos con más predisposición, depende de la historia de cada cual. 

Las fobias: entre los elementos que hay elegimos, debe ser un elemento que nos ofrezca la cultura. Que no nos lo ofrezca la cultura es lo ideal, sería la fobia ideal; de hacer una fobia, lo ideal sería hacerla de un canguro, por ejemplo, no molesta demasiado. Pero claro, no molesta pero tampoco sirve, por eso no la hacemos.

Soto / 19-01-2008

Angeles Molto
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